La educación es mejor con el ejemplo

La educación es mejor con el ejemplo

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Mientras las escuelas retoman su dinámica y los profesores se preparan para el reinicio de las escuelas, un grupo de maestros lo hacen sin ni siquiera quitarse el cansancio que los envuelve de las horas de voluntarios que entregaron en centros de aislamientos o pesquisando en barrios y apoyando al personal de salud.

 

Los años de magisterio le han enseñado a Leonel a dar el ejemplo y ser el primero en cualquier tarea. Foto: Cortesía del entrevistado

 

Muchos de ellos se fueron a las aulas con ojeras y cargados de historias, pero igualmente contentos por haber dado su apoyo, por haber estado allí donde más falta hacían.

Aunque el trabajo en zona roja es complejo, asegura Leonel que volverá las veces necesarias, porque allí se necesita de la ayuda de muchos. Foto: Cortesía del entrevistado

Uno de esos orgullosos es el camagüeyano Leonel Daniel Fernández Ramírez, profesor de Química con más de 26 años en el sector, docente del instituto preuniversitario vocacional de Ciencias Exactas Máximo Gómez Báez y secretario del buró sindical del Centro Mixto que acoge igualmente al instituto preuniversitario urbano y al politécnico.

Cuando a finales de enero llegó la orientación de transformar la unidad educativa en centro de aislamiento para contactos de casos confirmados, Leonel no pensó en su hipertensión, en sus alergias ni en sus tres hernias discales.

“En ese momento,  recuerda, había que actuar y ayudar. Lo primero fue transformar la escuela en hospital, por lo que fue necesario mover una gran cantidad de medios, televisores, mesas, sillas, literas, taquillas, entre otros. Y los que debíamos hacer eso éramos los propios trabajadores».

“Más tarde nos pidieron la disposición a trabajar en la zona roja y formamos tres grupos que trabajaríamos 14 días sin ir a casa y luego siete de aislamiento.

“Allá adentro las horas son largas, pero no te detienes ni un segundo. Nos despertábamos a las cinco de la mañana y a eso de las seis se comenzaba a trasladar el desayuno para el lugar donde lo distribuíamos según la cantidad de ingresados en cada bloque. Seguidamente, mientras unos repartían el alimento por residencias, otros realizaban labores de limpieza, se sacaba la basura o se cambiaba el hipoclorito».

Dolencias personales, como las tres hernias discales, no le impidieron asumir las labores en el centro de aislamiento. Foto: Cortesía del entrevistado.

“Después llegaba la hora de merienda y se subía un porrón de veinte litros de agua fría para cada residencia junto con el alimento. Algunos familiares enviaban paquetes y esos también los subíamos nosotros. Luego venía el almuerzo y ya cuando terminábamos de recoger, tocaba la comida. El trabajo terminaba casi a las 11 de la noche y todo lo dejábamos limpio. Y a esa hora era que podíamos hablar con la familia, con mis hijos”.

Cuatro veces ha estado Leonel en la zona roja del centro educativo; cuatro veces ha puesto en juego su vida, pero, como le explicó a los suyos, “aunque el riesgo es real, en estos momentos todos los que podamos debemos ayudar y estar al lado del personal de salud y mitigar el impacto de la pandemia.

“Eso es lo que te guía a enfrentarte al miedo, eso fue lo más complejo, porque lo sientes y debes superarlo. Y es igualmente lo que permite que te adaptes al cambio de trabajo. Ser profesor es algo intelectual y lo que se hace aquí adentro es fuerte”.

Pero fue esa convicción de ser útil y predicar con el ejemplo la que también lo guio a donar sus vacaciones, para una vez más arriesgar su vida para salvar a miles.

Ahora, mientras Leonel se prepara para el curso escolar y las nuevas dinámicas de enseñanza, piensa en los conocidos, familiares, alumnos y amigos que vio enfermos; en el colega de trabajo que se puso tan mal que pensó sería la última vez que lo vería; en los cuatro de sus compañeros que en la última rotación resultaron positivos a la Covid-19… recuerda y con vehemencia asegura que volverá a la zona roja todas las veces que sean necesarias, porque, “soy maestro y los maestros lo más que sabemos hacer es sacrificarnos por los demás y educar con el ejemplo, y somos, además, los que más podemos ayudar a combatir esta pandemia unidos al personal de salud”.

 

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