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Las cicatrices de guerra se llevan con honor

“Gerardo, el Héroe de la República, me llamó a inicios de semana para preocuparse por mi salud, por cómo me encontraba, y me dijo algo maravilloso: ‘las cicatrices de guerra se llevan con honor’. Así llevaré las mías”, dijo Alfredo Vázquez Pérez, secretario general de la CTC en la capital cubana, quien resultó con una heri­da de siete puntos en la cabeza al enfrentarse el pasado domingo 11 a quienes vandálicamente y con brutalidad extrema, intentaron subvertir el orden y lacerar la tranquilidad ciudadana en La Habana.

La herida al lado izquierdo de la cabeza. Foto: Joaquín Hernández

Ese domingo eran mujeres la mayoría de las personas que estaban en la sede de la CTC. “Yo andaba por casa de mi hijo y me avisan de lo que estaba pasando. Vengo para la CTC y cuando su­pimos de la manifestación nos fuimos para allá con nuestras banderas y empezamos a gritar consignas revolucionarias, pero éramos pocos en ese momento y se envalentonaron”, recuerda el joven sindicalista.

“La CTC se ubica muy cerca del Malecón. Se percibía la agresividad, había gente violenta, con palos. Casi no habían caminado nada por frente al mar cuando nos atacaron.

“El golpe no lo vi venir. También hirieron a un mayor del Minint. Yo echaba tanta sangre que se manchó una de las banderas cubanas que llevábamos. De inmediato me llevaron para el Calixto García y cuando me cosieron… de nue­vo pa’la pelea. Ya éramos muchos más los revo­lucionarios, nuestros cuadros sindicales que se nos fueron uniendo, los trabajadores del hospi­tal Hermanos Ameijeiras, del Ministerio de Re­laciones Exteriores y de otros centros.

“Los obligamos a abandonar sus intencio­nes. Su idea era dejar Malecón y meterse por las calles más concurridas, hacia lo más popular de Centro Habana, tratando de oxigenarse y ganar adeptos.

“Sin duda, una batalla. Fue una manifesta­ción en la que prevaleció la subversión política, algo cínico, hipócrita, desleal, tratando de hora­dar los sentimientos de las personas, para que estas reaccionen a las consecuencias de nuestros males y carencias, y no a las causas. Pude ver entre sus filas banderas estadounidenses, lo que indica que allí se ligaron también los anexionis­tas. Una filosofía muy bien pensada a fin de que las víctimas solo entiendan la ideología del ver­dugo”, indicó.

 

En defensa de nuestros centros laborales

“Existen las brigadas de respuesta rápida, y ahora nos dimos a la tarea de organizarlas más, restablecerlas totalmente, así como los planes de aviso para cuidar no solo los centros de tra­bajo, sino los entornos y donde haga falta. La convocatoria no es únicamente a cuidar lo tuyo. Es cuidarlo todo y tomar las calles. Por eso los mítines de reafirmación revolucionaria en los colectivos laborales”, refirió.

¿Por qué se tiraron un domingo?, se pregun­ta Vázquez Pérez. “Porque ese es día de descan­so de los centros de labor y ellos saben que los trabajadores son tremenda fuerza de respuesta. Por eso las movilizaciones serán en los centros, los barrios, en fin, todas las fuerzas revolucio­narias. No es solo la CTC, es un asunto de toda la sociedad”, reafirma.

Al concluir la breve entrevista, una frase muy cubana ronroneaba con persistencia en mi mente. Así le dije con la despedida, y lo acep­tó sonriente: “Na, Alfredo, guapo y fajao. Re­virao duele menos”.

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