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Los chicos de Luis Enrique

«No hay que pensar en los errores ni en los aciertos, sino en los intentos».

Luis Enrique 

España no llegó a la Eurocopa 2020 entre las principales favoritas y tras sus empates en fase de grupos ante Suecia y Polonia, aquellos que la ubicaban con aspiraciones terminaron por retractarse poco a poco.

Unai Simón festeja junto a Luis Enrique, luego de derrotar a Suiza en los penales. Foto: tomada de Marca

«No hay gol», «no hay defensa», críticas a Morata, desconfianza en Pedri… animadversión por Luis Enrique.

El polémico Luis Enrique, que dejó sin torneo al capitán Ramos, que no llevó a ningún futbolista del Real Madrid y ha confiado a muerte en los señalados: Morata, Pedri, Busquets y Unai Simón.

Y en esa confianza se han escudado entre sí, hasta llegar a las semifinales. El técnico ya demostró que irá al infinito con sus apuestas y estas, en un momento u otro, pese a errores, han respondido a la seguridad brindada por el entrenador asturiano.

No es España el conjunto que mejor defiende, ni el que con mayores virtudes ataca, ni el de las estelares figuras… ¿Y qué? Eso a Luis Enrique parece no interesarle y más allá de todas esas cuestiones, que resultan importantes, la principal arma de esta «extraña» selección parece ser la compenetración que han logrado a lo interno.

Ante el fallo, la respuesta del seleccionador es una confianza superior. La tuvo Morata desde el inicio y marcó el gol de la victoria ante Croacia y también el «acabado» Busquets (esperado hasta último minuto debido a un positivo por Covid 19), elegido MVP en par de choques y haciendo uno de los mejores torneos de su carrera.

En el mismo saco podríamos ubicar a Pedri, indiscutible, a pesar de que muchos querían que con 18 años ya fuera Iniesta, o al guardameta Unai Simón, de quien se dudaba antes del incio del torneo y que en octavos de final protagonizó una cantada que terminó en autogol.

Y fue precisamente Simón el que sostuvo a España en la prórroga ante Croacia y en los penales frente Suiza. Atajó dos. Luego, con el gol de Oyarzábal ante un inmenso Yann Sommer, se callaron muchas bocas.

Ahora, los que esperan vengativos a que el míster se trague todas sus chulerías están frotándose las manos encomendados a Italia. Frente al equipo que mejor ha lucido en el torneo se disputarán los españoles el pase a la final. Solo hasta entonces sabremos si la confianza les da para tanto a los chicos de Luis Enrique.

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