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Día Mundial Sin Tabaco: Oportunidad para dejar de fumar

Cuando la pandemia de la COVID-19 solo sobreviva como un desagradable y pésimo recuer­do en millones de personas del pla­neta, merecerá la pena reflexionar sobre la relación entre pacientes que llegaron a los estadios de grave y crítico —también los fallecidos— y la adicción al tabaco.

Muchas veces se desconoce que el tabaquismo no es un hábito, sino una adicción.

Hoy 31 de mayo se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco —Cuba lo hace bajo el lema de COVID-19: una oportunidad para dejar de fu­mar— con el objetivo de concientizar acerca de la importancia de dar el primer paso en el proceso de aban­donar la adicción.

Giovani Leal Luque, de la Uni­dad Nacional de Promoción de Sa­lud y Prevención de Enfermedades (Prosalud), del Ministerio de Salud Pública, explicó que el tabaquismo no es un simple hábito de fumar, como casi siempre las personas di­cen, sino que se trata de una adic­ción, término que muchas veces solo se usa respecto al consumo de dro­gas, alcohol y otras sustancias.

Subrayó que en estos momentos tal adicción constituye un factor de riesgo, sobre todo teniendo en cuenta aquellas enfermedades concomitan­tes con la COVID-19 (por ejemplo, las respiratorias, la hipertensión, los accidentes cardiovasculares, la dia­betes), las cuales pueden conducir a un pronóstico de gravedad si la per­sona enferma con el virus.

El especialista, quien atiende en el centro el Programa de Adicciones y Salud Mental, acentuó la necesi­dad de detenernos a pensar sobre un fenómeno de tal naturaleza, que cada año causa alrededor de 8 millo­nes de muertes.

Según información de la Or­ganización Mundial de la Salud (OMS), la evidencia publicada este 2021 demuestra que los fumadores tienen mayor probabilidad de desa­rrollar una enfermedad severa con COVID-19, que quienes no lo hacen.

“Es una cuestión que parte siempre de un derecho y una consi­deración personal —manifestó—. No obstante, se desconoce que el taba­quismo es una adicción e igualmen­te un proceso acumulativo, porque las personas fuman durante muchos años y eso siempre implica un costo para la salud”.

Comentó que en nuestro país los adolescentes y jóvenes se inician cada vez más temprano en el consu­mo y comienzan a fumar por varios factores, ya sea por identificarse con determinado grupo de referencia y sentirse adultos antes de tiempo. “Luego viene la dependencia quími­ca a la nicotina (complemento prin­cipal del tabaco), y a partir de ahí determinados mecanismos de acti­vación provocan que la adicción se perpetúe”.

Sobre qué hacer, señaló que en los policlínicos funcionan las lla­madas consultas de cesación tabá­quica (en las que trabaja un equipo multidisciplinario), adonde se puede acudir con el propósito de solicitar ayuda para dejar de fumar. De la misma manera, a nivel de munici­pio están los Centros Comunitarios de Salud Mental, los cuales brindan una atención más especializada, al tomar en consideración el estado de salud del individuo, la edad, entre diversos factores.

Algo primordial —insistió— es la voluntariedad de quien desea dejar de consumir tabaco o cual­quier otra sustancia. Resulta fun­damental acudir por sí mismo a estos centros a fin de que el pro­ceso culmine con éxito. Al margen de la atención médica que el indi­viduo reciba, lo esencial es el enfo­que preventivo y de promoción de salud para que no incurra en esta u otras adicciones.

En la actualidad estos servicios no se han cerrado, solo se han rea­justado por la situación de la pan­demia.

En relación con la celebración en Cuba del Día Mundial Sin Ta­baco, Giovani Leal puntualizó que la efeméride tiene lugar en medio de una realidad atípica, por lo que se apelará más a lo virtual, aunque no descartó las iniciativas que se desarrollen a nivel local, así como la realización de actividades comu­nitarias en los centros de salud y en distintas instituciones que conti­núan prestando servicios. Lo que sí está claro es que la fecha no pasará por alto.

Según la OMS “dejar de fumar puede ser todo un desafío, especial­mente con el estrés social y econó­mico derivado de la pandemia, pero aun así, hay muchas razones para dejarlo”.

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