Cargando...No importa cómo se le llame al producto, pero todo cuanto sea logrado con recursos (humanos o materiales) de la localidad, fortalece la soberanía.
En el Editorial: La soberanía no es negociable (Publicado el 29 noviembre, 2020) se afirma:
La soberanía no es negociable. Es garantía de la supervivencia de la nación.
Y en La Guagua: Soberanía también para decidir los pasos a partir del día 100 contra la COVID-19 comentamos:
Aunque no se desestimó ninguna experiencia internacional en el enfrentamiento y control a la COVID-19 para confeccionar el plan de medidas antes de la entrada del SARS-COV-2 a Cuba, su gobierno actuó soberanamente tal y como establece la Ley de Reafirmación de la Dignidad y Soberanía Cubanas (+ PDF)
En uno de sus POR CUANTO esa Ley establece:
El pueblo cubano jamás permitirá que los destinos de su país sean regidos por leyes dictadas por ninguna potencia extranjera.
Tomando en cuenta que hay comentarios digitales que abordan el tema de los motivos por los cuales Cuba no adquiere las vacunas existentes en otras naciones, al menos hasta que dispongamos de las propias, tomamos algunas notas de un material publicado recientemente en el cual se explica que hasta febrero de este año:
Solo se han aplicado 108 millones de dosis, lo que significa que la cifra de vacunados es un poco más del 1 % de la población mundial y que únicamente 13 países han aplicado más de un millón de dosis.
Independientemente de que se han publicado noticias en las cuales se informa que no se están cumpliendo contratos preestablecidos, con el ritmo de vacunación alcanzado hasta hace poco más de tres meses la humanidad tardaría 21 años en inmunizar a toda la población, aunque puede esperarse que este indicador mejore paulatinamente.
En medio de la conocida situación financiera cubana es ineludible tomar en cuenta que a principios de febrero de este año el precio de las dosis oscila entre 10 y 35 dólares, es decir, que para inmunizar a un millón de personas que necesiten dos millones de dosis, harían falta de 20 a 70 millones de dólares.
Tampoco es despreciable el hecho de que los candidatos vacunales cubanos requieren temperaturas típicas de la industria farmacéutica de dos a ocho grados, mientras fármacos foráneos demandan equipamientos de refrigeración de considerable potencia.
En resumen: por si esas razones no fueran suficientes, hay otra que explica el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma:
Otra de las ventajas de nuestras vacunas, con respecto a otras que en estos momentos se están utilizando, es que con la aparición de las nuevas variantes del virus ya se está hablando de implementar una tercera dosis y hay algunas de esas vacunas aprobadas que no pueden aplicar una tercera dosis. En el caso de las nuestras es posible aplicar dosis sucesivas de refuerzo.
Sin dudas, mientras más logramos lo nuestro, más soberanos somos
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