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El Banco de la impaciencia

“Da lo mismo que sea lu­nes o viernes, no importa si es a fin o a principio de mes, siempre es lo mismo en el Banco, largas colas y un servicio muy lento. He optado por levan­tarme a las cinco de la madrugada, pero ni se crea que es para ser de las primeras, qué va, si acaso el 30 o más”, comentó la joven santiaguera Olga Silva Astorga.

Foto: Heriberto González Brito

Más al centro del país, Ama­rilys Capote, trabajadora residen­te en un municipio cienfueguero alejado de la capital provincial, se queja de que en la localidad donde reside no hay cajero automático y de las largas colas para poder reali­zar alguna operación en la agencia.

Sin embargo, Airaimi Hernán­dez Gutiérrez, tuvo suerte el día que fue a completar uno de los engorro­sos trámites relacionados con su subsidio para la compra de materia­les de la construcción en la sucursal bancaria de Monte y Carmen, en la capital. “Hoy no hay cola, pero a ve­ces son hasta dos horas para entrar. Ya dentro el servicio es rápido y con buena atención”, evaluó.

Así de múltiples y generalmen­te críticas son las vivencias de la ciudadanía en relación con los ser­vicios bancarios. Por tal motivo, Trabajadores indagó también con funcionarios y empleados de los tres principales Bancos comerciales en Cuba, el de Crédito y Comercio (Bandec), Popular de Ahorro (BPA) y el Metropolitano (BM).

 

Tarea para los Bancos

Y precisamente en la mencionada agencia del BM en Centro Haba­na, su directora, Ariannis Barbán Cruzata, explicó que el secreto para agilizar el servicio presencial es en primer lugar completar la línea de cajas, en su caso con nueve posicio­nes y 16 cajeros que alternan para extender el horario de servicio en un doble turno hasta las 6:00 p. m.

No obstante, la directiva aco­tó que ya en los últimos dos meses disminuyó a menos de un centenar diario el flujo de operaciones para cambiar pesos convertibles asocia­do al fin de la dualidad monetaria, por la recogida progresiva de ese circulante, lo cual trasladó la pre­sión del público hacia el área de los especialistas comerciales, vincula­do fundamentalmente a la entrega de tarjetas magnéticas.

Jorge Alba Berdeal, vicepresi­dente del BM, recordó la intensidad con que debieron trabajar sus de­pendencias a finales del 2020 e ini­cios de este año, con horarios que se prolongaron hasta las 7:30 p. m. para asumir el cambio masivo de mone­das, mientras que ahora son otras las soluciones que buscan implementar para agilizar la demanda de tarjetas magnéticas, básicamente en MLC.

Esa es la experiencia de Ernesto Duarte Zamora, trabajador de Co­municaciones que quedó interrupto como consecuencia de la pandemia de COVID-19 y desde hacía dos me­ses laboraba en la agencia de Monte, mediante contrato por tiempo de­terminado, para la entrega a domi­cilio de tarjetas bancarias, modali­dad muy bien acogida.

Alrededor de 70 trabajadores en todos los BM de la capital habían sido empleados para agilizar esta tarea, y existe la intención de pagar a destajo por la cantidad de tarje­tas repartidas, aunque todavía esa medida no ha podido concretarse, argumentó Alba Berdeal.

En la provincia de Cienfuegos el BPA concedió gran relevancia a la capacitación de su personal en la red de oficinas previo a la Tarea Ordenamiento, proceso que acom­pañó con 12 horas ininterrumpidas de servicio al público en la primera etapa del 2021.

La preparación de los sistemas automatizados y la disposición de los cajeros automáticos para su re­abastecimiento con billetes de ma­yor denominación fueron otras de las medidas. Se garantizó el efecti­vo necesario en todas las sucursales para el incremento de los salarios, así como de las pensiones y presta­ciones de la Seguridad Social.

“Se realizó una intensa labor de comunicación dirigida al cliente externo, con el fin de darle a cono­cer cómo se efectuaría el cambio de las cuentas en CUC a CUP y la pro­moción de las estrategias del cam­bio automático”, expresó Armando Valdés Herrera, director provincial del BPA en la Perla del Sur.

Liliana Solana Céspedes, direc­tora provincial de Bandec en San­tiago de Cuba, reconoció que su en­tidad tiene camino por andar para dar plena satisfacción a sus clientes.

“Nuestros servicios han au­mentado vertiginosamente sin una correspondencia con el crecimiento de los recursos humanos y las agen­cias. Le pongo un ejemplo. En estos momentos trabajamos con la misma infraestructura que hace 30 años cuando nos enfocábamos mayorita­riamente en las personas jurídicas. A eso se suma que hoy tenemos dos sucursales cerradas por problemas constructivos, lo que equivale a 10 ventanillas menos”.

Según la funcionaria, las inver­siones previstas para las oficinas se vieron truncas desde el pasado año con el inicio de la pandemia, a lo que se suma la situación económica fi­nanciera del país.

En cuanto al capital huma­no, ante el reto de la Tarea Orde­namiento se impartieron cursos emergentes para cajeros banca­rios. “Lo hicimos con visión de fu­turo, dijo la joven especialista en gestión de recursos humanos, Are­vis Peña Rodríguez, algo que de­mostró su pertinencia porque a muchos tuvimos que contratarlos por tiempo determinado ante rea­lidades que se nos dieron con la COVID-19”.

Más allá de las urgencias de crecer en personal, para respon­der con eficiencia a las demandas de servicios de los clientes, Bandec Santiago de Cuba no prevé incre­mento de plantilla a corto plazo, se­gún precisó Peña Rodríguez, quien además es la organizadora del buró sindical en la dirección provincial. “Es una necesidad latiente, pero para aumentar plazas es preciso la aprobación del nivel central”.

La representante sindical adi­cionó otro matiz importante al hacer referencia a insatisfacciones de los cajeros con el salario que ahora reci­ben. “Por el grupo escala de ese car­go, su ingreso mensual es de 3 mil 410 pesos, y consideran que ese monto no guarda correspondencia con el rigor y la responsabilidad de la plaza, una cuestión que ya ha sido tramitada, a la espera de una respuesta”.

 

Se mueve, pero…

Otmara León, trabajadora del sector de la Salud en Cienfuegos, dijo te­ner la apreciación de que, en sentido general, la Banca cubana se ha que­dado detrás en cuanto a la calidad y rapidez de los servicios y el equipa­miento tecnológico necesario.

“Hace poco fui en el amanecer de un domingo a los cajeros automáticos más cercanos de mi casa y no pude extraer dinero, porque sencillamen­te ninguno de los tres funcionaba; al parecer no tenían billetes. Eso no debe suceder, pues son muchas las tarjetas en manos de la población y pocos los cajeros disponibles”.

La dirección del Banco Central de Cuba (BCC) ha reconocido que existen trabas por resolver, motivo de inconformidades con el servicio, sobre todo en la población. Por eso, entre las prioridades para este año fue incluida la revisión de los pro­cesos relacionados con la presta­ción de sus más de 30 tipos de servi­cios, para racionalizar los trámites e incrementar la utilización de los canales de pago por la vía digital.

Al respecto, el vicepresidente del BM ejemplificó que en el pasado año se entregaron más de 700 mil nuevas tarjetas electrónicas en la capital, y ya está en fase de completamiento esa facilidad para todas las perso­nas jubiladas, que debe culminar en el primer semestre. “Queremos que las personas puedan hacer la mayor cantidad de trámites posibles sin ir físicamente al Banco”, resumió.

El inicio del ordenamiento obligó al cambio rápido de los sistemas in­formáticos, así como la introducción de billetes de mayor denominación en la red de cajeros, especialmente en los desplazados que no están en las propias sucursales. Admitió el directivo que desde hace varios años no es posible una reposición adecua­da ni crecimiento significativo en los cajeros, que en La Habana son unos 520, la mitad de ellos en ofici­nas bancarias, cuyo funcionamiento y reparación solo es viable gracias a la labor innovadora.

Conseguir el incremento de los pagos electrónicos y de diversos ser­vicios como la creación de cuentas y tarjetas magnéticas a través de la telefonía celular es la apuesta ele­mental, así como el desplazamien­to de servicios no bancarios hacia otras instituciones. Un ejemplo de ello es la entrega del título de pro­piedad de la vivienda.

El uso del Transfermóvil, del EnZona, del código QR; de los ter­minales de puntos de ventas (POS) del VirtualBandec, de los cajeros automáticos, entre otros canales electrónicos podría ser ese oasis en medio de tanto sofoco. Pero en San­tiago de Cuba, el avance en tales cuestiones no anda a la velocidad a la que se aspira y todavía no respal­da el interés del Banco por descon­gestionar sus oficinas.

Por ejemplo, no existen muchas diferencias entre las colas que se hacen a las puertas de las sucursa­les y las que se hacen ante los ca­jeros automáticos (64) de los cuales 32 son de Bandec, con municipios que aún no cuentan con ninguno, y sin previsión de crecer.

“Igual es insuficiente el uso del VirtualBandec en el caso de las em­presas y unidades presupuestadas”, comentó Samuel Ulomi, jefe del Departamento de Banca Electró­nica. “Tenemos más de mil clientes en este sector y solo se benefician con él unos 500”.

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