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Ucrania: ¿Se acerca la hora cero?

En las últimas tres décadas la Organización del Tratado del Atlántico Norte ha cercado virtualmente a la Federación Rusa, nación que por arte de la geopolítica se ha convertido en el tan necesario “enemigo” que necesitaba para justificar sus abultados presupuestos, sus maniobras y la modernización de su arsenal.

 

Las principales víctimas son los civiles. Foto: Reuters

 

En tiempos de paz, ¿qué se persigue con estas maniobras y la presencia de sus tropas, incluidas las estadounidenses en países miembros de la Alianza, como Noruega, Polonia, Estonia Letonia y Lituania?

Las últimas de esas acciones y por cierto una de las mayores que ha realizado la organización fueron hace dos años, entre abril y julio, bajo el nombre de defender a Europa y de hecho exhibir su fuerza a las puertas de Rusia.

Todos estos juegos de guerra supuestamente responden al alto mando de la organización, aunque en realidad son los Estados Unidos los verdaderos protagonistas, quienes se destacan en el despliegue de sus fuerzas participantes en cada uno de ellos.

Y aunque sus voceros juren y perjuren que tales acciones no constituyen una peligrosa y real amenaza para Rusia, especialistas militares rusos y de otras latitudes saben que se trata de jugar con fuego, donde pueden quemarse ante cualquier error humano.

 

El turno de Ucrania

Se le veía venir. Desde el mismísimo golpe de Estado ocurrido en esa nación hace ahora siete años, momento en que la “democracia” occidental comenzó a ser protagonizada por grupos nacionalistas, quienes fueron realmente los que tomaron el poder.

 

Siete año atrás comenzaron los desiguales combates. Foto: tomada de El Universo

 

El hecho, visto por la gran prensa como una acción progresista, fue inmediatamente apoyado por las organizaciones europeas, tanto la Unión Europea como la OTAN, que es decir lo mismo.

La “nueva Ucrania” comenzó a pedir su entrada en estas organizaciones que de inmediato alentaron tal posibilidad de que lo lograrían si cumplían con la política neocolonial que se les impondría.

Pero no contaron con los ciudadanos de la región del Donbass, quienes cuestionaron la legalidad del nuevo poder en el país y mediante un referéndum lograron independizarse, creándose entonces las Repúblicas de Doneysk y Lugansk.

Sucede que en estas regiones y otras del sur y el este de Ucrania vive población rusa, que mantiene su idioma y sus familias están en Rusia. La reacción de las autoridades ucranianas fue tratar a estas regiones como verdaderas colonias y a sus habitantes como ciudadanos de segunda categoría

Y es que los neofascistas ucranianos están apoyados por el actual Gobierno, que no presta atención a las denuncias de sus crímenes contra periodistas, activistas y representantes de minorías, comenzando una verdadera política genocida contra ellos y los rusos ya citados.

El Gobierno organizó para ello batallones conformados por paramilitares, los armó y brindó todo el apoyo para sus acciones contra los civiles de Donbass. Asesinaron, torturaron, robaron y humillaron a esa población rusa, mientras que el ejército ucraniano los bombardeaba  con artillería de gran calibre y el uso de aviones.

 

Artillería pesada y de todo tipo de armamento utiliza el ejército ucraniano contra los ciudadanos rusos. Foto: Ejército Ucrania

 

Las autoridades rusas han reiterado que su apoyo al pueblo del Donbass ha sido mediante ayuda humanitaria, precisando que las fuerzas locales están integradas por obreros y mineros que no son militares profesionales y tratan de defender a sus familias y propiedades.

 

Viviendas como objetivos “militares” del gobierno ucraniano. Foto: News Front

El verdadero objetivo es Rusia

No es la primera vez que la OTAN, como fiel corderillo, sigue los dictados de Washington. La presencia de militares de los países miembros y sus respectivos armamentos cierran cada vez más el cerco y ahora le ha tocado a Ucrania jugar su papel de “víctima” de Rusia.

 

El que realmente mueven los hilos militares es el gobierno de Estados Unidos, ya sea republicano o demócrata. Foto: AFP

 

Sobre el asunto existen acuerdos, como el de Minsk, que en su momento fueron firmados por autoridades de Ucrania y Donbass y apoyados por naciones europeas como Alemania, Francia y Rusia. Sin embargo Ucrania no cumple con ese acuerdo y viola la resolución de Naciones Unidas que le da validez.

Rusia no formó parte del Acuerdo, pero sí es un garante de su cumplimiento con el objetivo de lograr la normalización pacífica del conflicto.

Algunos analistas señalan que Ucrania no quiere reconocer su derrota ante la resistencia armada de obreros e intenta que hacer creer que su ejército combate con su similar ruso, lo que es risible ante el poderío militar del contrario y sigue sin aceptar las negociaciones directas con los líderes de las Repúblicas del Donbass.

Sin embargo, llama la atención que Kiev sigue colaborando con Rusia en el plano económico y aunque no le ha declarado oficialmente, apoya la geopolítica de los países occidentales como parte de la rusofobia imperante en las naciones que integran la Unión Europea y la OTAN.

Por su parte Rusia considera necesario garantizar la seguridad de todos los ciudadanos de las repúblicas autoproclamadas del este de Ucrania, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov .

 

Amargas consecuencias

Comentando los informes de la república autoproclamada de Donetsk (RPD), de que el 3 de abril falleció un menor en la RPD como resultado del uso de un vehículo aéreo no tripulado de los uniformados ucranianos, Peskov calificó lo ocurrido como «amargas consecuencias del conflicto irresuelto».

Sin embargo, constató, los compromisos asumidos, inclusive por Kiev, en el marco de los Acuerdos de Minsk, no se respetan.

«De hecho, se inician tiroteos poco controlables. Y las decisiones sobre estos tiroteos se toman allí mismo, en el terreno, (…) sin autorización de los oficiales superiores de la dirección militar», afirmó indicando que dichas acciones intensifican aún la situación.

Por su parte, Denís Pushilin, el líder de Donestk, declaró que resulta muy poco probable detener el conflicto militar en Donbás, las autoproclamadas repúblicas populares de Lugansk y Donetsk están preparadas para cualquier desarrollo de la situación.

El mandatario destacó que tanto Donestk como Lugansk están haciendo todo lo que está a su alcance «para que el conflicto sea resuelto por la vía política. Desgraciadamente, Kiev tiene otro enfoque (…) Todo lo que observamos por parte de Ucrania consiste en manipulaciones y mentiras».

En esas condiciones la posibilidad de una solución política es muy baja, para no decir que se acerca a cero», destacó el líder de Donetsk en un programa del canal televisivo Rossiya 24.

‘Inquebrantable apoyo’: esa fue la contraseña que le dio Washington a Kiev para lanzar el ataque brutal del pasado sábado en el que perdió la vida un niño de seis años. Y el orden cronológico de los hechos parecen confirmarlo, de acuerdo al presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón. Tanta casualidad no puede existir.

 

Momento en que se descubre una fosa común de civiles asesinados por soldados ucranianos. Foto: Reuters

 

Esas dos simples palabras simbolizaron para el presidente ucraniano Zelenski como recibir la bendición para atacar, y a su vez, ese trago de bebida espirituosa de la que muchos se sirven para tomar coraje para hacer lo que quieren hacer. Biden «les ha dado el visto bueno» para atacar, señala al respecto Moragón

Una vez más se demuestra que el verdadero objetivo de las naciones europeas, siguiendo el mandato de Estados Unidos, es mantener la satanización de Rusia, cercarla y colocar sus tropas muy cerca de todas sus fronteras. Solo basta recordar que quien juega con fuego corre el riesgo de quemarse. O dicho de otra manera; se acerca la hora cero.

 

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