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Primera Infancia: prioridad para el Estado cubano

En la actual etapa de pandemia, 880 círculos infantiles (CI) de todo el país continuaron atendiendo a 35 mil 657 niños, hijos de madres trabajadoras, señaló en conferencia de prensa María de los Ángeles Gallo, directora nacional de la educación Primera Infancia.

 

Foto: Jaliosky Ajete/ Guerrillero

Resaltó que se cumplen de manera estricta las medidas establecidas y que las educadoras, maestras, promotoras y ejecutoras realizan hojas de trabajo y de orientación para la familia, a fin de que puedan acompañar a sus hijos en las actividades en el hogar.

Asimismo, se imparten actividades televisivas (dirigidas a las edades comprendidas entre 1 y 6 años), y a través de las redes sociales se divulgan sugerencias de contenidos y orientaciones, también con la cooperación de Unicef.

El encuentro tuvo lugar a propósito del aniversario 60 de la creación de los CI que tendrá lugar el próximo 10 de abril, por lo cual los tres primeros inaugurados —Camilo Cienfuegos, Fulgencio Oroz y Ciro Frías, en los municipios de Centro Habana, Diez de Octubre y Arroyo Naranjo, respectivamente— han sido objeto de acciones constructivas.

Al referirse a las Casitas Infantiles en centros de trabajo, modalidad que actualmente se potencia, la directora de la Primera Infancia afirmó que hoy existen 16 de ellas en las provincias de Pinar del Río, Mayabeque, La Habana, Holguín, Granma y Las Tunas.

Aseguró que se trata de una experiencia positiva (tiene su origen en 1993), y funciona en el propio centro laboral de la madre o de la abuela donde los niños reciben atención educativa.

Hoy se están ampliando —manifestó— para las empresas o unidades presupuestadas puedan crearlas, siempre que las administraciones garanticen un mínimo de condiciones. El proceso educativo es impartido por educadoras graduadas.

Entre los retos de la educación, mencionó el logro de la estabilidad y permanencia del personal en los centros, la elevación de la calidad del proceso educativo con el desarrollo de mejores actividades programadas independientes, juegos y procesos de alimentación.

Asimismo, priorizar la preparación metodológica de educadoras y auxiliares pedagógicas, incrementar la incorporación del personal docente a la Licenciatura para Educadoras de la Primera Infancia, así como la de jóvenes a las escuelas pedagógicas, y fortalecer la preparación de la familia para que sea protagónica en la educación de los hijos.

En relación con las afectaciones producidas por el bloqueo, la directiva se refirió a las dificultades para adquirir recursos e insumos necesarios para la Primera Infancia, que son muy específicos y costosos.

Un niño —aseveró— lo primero que hace es observar y, puso el ejemplo de un rompecabeza (con determinados requisitos, según las edades), los cuales se han hecho en Cuba, “con nuestras posibilidades, ¡pero qué bueno sería poder adquirirlos en países cercanos!”, así como otros productos que hoy existen en el mundo.

La funcionaria del Ministerio de Educación subrayó que el surgimiento de los círculos infantiles constituyó un hito en la atención a la Primera Infancia en Cuba, e implicó un reordenamiento estructural que unificó el quehacer de todas las instituciones que se ocupaban de la educación de los niños y las niñas de estas edades.

Hoy en nuestro país existen mil 86 instituciones de este tipo (mil 62 en las zonas urbanas y 24 en las rurales), y 34 están cerradas por problemas constructivos, 28 de ellas en la capital.

En relación con el personal docente, precisó que la educación cuenta con 39 mil 765, el 70,4 % universitaria.
En labores de limpieza, higiene, alimentación, seguridad y protección de las instalaciones trabajan 15 mil 664 no docentes.

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