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Trump: absuelto en juicio político, condenado por la opinión pública

«Nuestro movimiento histórico, patriótico y hermoso para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande acaba de comenzar. En los meses venideros tengo mucho que compartir con ustedes y espero continuar nuestro increíble recorrido juntos para lograr la grandeza estadounidense para toda nuestra gente», dijo Donald Trump en comunicado al conocer el veredicto favorable del Senado en el juicio político iniciado en su contra el pasado martes.

 

Foto: tomada de elpais.com

 

Con tal postura, victimizándose y prometiendo una grandeza que no pudo dar a la nación durante su mandato, celebró Trump el fin, por ahora, de lo que denunció como «la mayor cacería de brujas en la historia» de EE.UU.

Y es que, en realidad, a pesar del consenso en la opinión pública estadounidense (y mundial) acerca de la responsabilidad agravada del exmandatario en los sucesos del 6 de febrero que culminaron con el asalto al Capitolio, no se consiguieron en la Cámara Alta (Senado) los 67 votos (dos tercios) que se necesitaban para condenar al exmandatario.

En total fueron 57 senadores (50 demócratas y 7 republicanos) los que encontraron culpable a Trump, mientras que en el bando contrario quedaron 43 legisladores.

La iniciativa demócrata de iniciar un segundo proceso de juicio político contra Trump, algo inédito en más de 200 años de democracia en EE. UU., contó con el visto bueno de la Cámara de Representantes el pasado 13 de enero. En esa ocasión, 232 legisladores estuvieron a favor (demócratas y 10 republicanos) y 197 en contra, pero el cargo imputado fue ambiguo y escurridizo: “incitación a la insurrección”, sobre todo porque ante la ley estadounidense resulta casi imposible de probar.

Explicaciones ofrecidas por el profesor Garrett Epps, de la Universidad de Baltimore, a la BBC, permiten concluir que tal como establece la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (derecho a la libertad de expresión y otros) la incitación no es delito a no ser que se pueda verificar la intención de causar violencia y que esta ocurra de manera inmediata.

“Es bastante raro que alguien pueda ser culpado por incitación, afirmó Epps, habría que probar que fue algo dirigido y que causó una inminente acción violenta”.

Pero para la opinión pública los verdaderos cargos contra Trump pasan por su obstinada y malvada idea de un supuesto fraude en las elecciones presidenciales; por incitar a sus seguidores a no aceptar los resultados y por llamar a las instituciones a no proceder legalmente.

Para muchos, el ataque contra el Congreso, del cual le consideran promotor, “puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de gobierno, amenazó la integridad del sistema democrático e interfirió con el traspaso pacífico del poder”.

Varios medios de comunicación denunciaron que el expresidente marcó el 6 de enero como “día de la verdad”, ocasión en que los legisladores debían certificar los votos del Colegio Electoral que confirmaban la victoria electoral de Joe Biden.

En ese contexto de puro trámite repetido muchas veces a lo largo de la historia democrática de Estados Unidos, Trump convocó a sus fanáticos a reunirse frente a la sede del Congreso en Washington DC :“Gran protesta en DC el 6 de enero”, tuiteó el 19 de diciembre. «¡Será salvaje!», dijo. Mensajes similares publicó el 27 y 30 de diciembre, así como el 1 de enero, cuando usó la etiqueta #StopTheSteal (Detengan el robo).

Cuando el asunto se puso serio, matizó el discurso: «El 20 de enero se juramentará un nuevo gobierno. Mi objetivo ahora es asegurar un traspaso de poder ordenado. Este momento requiere llamar a cerrar heridas y a la reconciliación», comentó en tono conciliador y reconoció estar “indignado” por el “atroz ataque” al Congreso. Pero ya era tarde.

Dos veces por primera vez

El primer juicio político contra el republicano Donald Trump tuvo lugar a finales de 2019. La Cámara de Representantes le acusó de «abuso de poder y obstrucción al Congreso».

El caso giró en torno a una llamada telefónica entre el mandatario y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en la que, según la acusación, intentaba conseguir información incriminatoria contra Hunter Biden, hijo de quien despuntaba como el único rival demócrata a tener en cuenta para los comicios del 2020, Joe Biden, que a la postre terminó por desbancarlo.

Como ahora, el caso contó con la aprobación de la Cámara Baja (Representantes) pero fue absuelto por los senadores. Solo un senador republicano (Mitt Romney, de Utah) estuvo a favor de la condena. Durante la votación más reciente, en cambio, fueron siete los que se opusieron a su propio líder partidista, lo cual revela las crecientes fisuras hacia lo interno de esa formación.

Este sábado primó el “no culpable” en el segundo juicio político contra Trump, y ha quedado abierta, por el momento, la posibilidad de que pueda optar nuevamente por la presidencia, en el 2024 quizás.

No obstante, vale recordar que el magnate tiene pendientes varios juicios civiles. Bastaría una condena ante una corte estatal para poner fin de manera definitiva a su carrera política.

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