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Enero, la zona roja de Cuba

Ilustración: Elsy Frómeta

El comportamiento de la pandemia en Cuba en el primer mes del año rompió todos los moldes y números desde que en marzo del 2020 detectamos el primer caso. Todas las pro­vincias reportaron indeseados récords, pero La Habana, Guantánamo, Santia­go de Cuba y Matanzas dispararon las alertas con la mayor cantidad de focos y contagiados. El país incrementó las prue­bas de PCR y los médicos desbordaron la atención para dar altas y salvar vidas, aunque lamentablemente también crecie­ron los fallecidos. Enero nos enseñó que la COVID-19 no es juego ni números ma­temáticos. Es real y mata. Es imperioso cuidarse.

 

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