Isla de la Juventud: vuelve la zona roja (+Fotos)

Isla de la Juventud: vuelve la zona roja (+Fotos)

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Si de COVID-19 se trata, el resultado de la negligencia se paga caro. Eso lo comprobaron los pobladores de la finca Guisa cuando este 27 de enero, a las seis de la tarde, autoridades sanitarias, de gobierno y del orden público llegaron a esa localidad, con resultados de las pruebas de PCR en mano, para trasladar a más de una decena de pacientes hacia el Hospital Héroes de Baire.

 

El incumplimiento de los protocolos sanitarios provocó el evento, explicó el doctor Osvaldo Domínguez, director del policlínico Orestes Falls en La Fe. Foto: Osvaldo Pupo

Así quedaba “inaugurado” el primer evento de trasmisión local autóctono de la segunda ola de contagios de la pandemia en la Isla de la Juventud. La indisciplina de los residentes en ese barrio rural, ubicado en el Consejo popular La Fe, a más de 17 kilómetros de la capital Nueva Gerona, colocó una cinta blanca alrededor de sus viviendas.

“Establecimos una cuarentena en lugar porque, tras realizar las acciones de control de foco, identificamos allí contactos primarios y secundarios de una viajera procedente de La Habana que dio positivo a la COVID-19. Esto evidencia el incumplimiento de los protocolos sanitarios”, explicó el doctor Osvaldo Domínguez Cobas, director del policlínico Orestes Falls Oñate, donde pertenece la zona roja.

A diferencia del primer brote de la enfermedad en La Fe, cuando se reportaron solo 11 casos en un edificio; ahora han sido confirmados en el consejo popular 17 casos autóctonos y uno procedente de España. “Existe mayor dispersión de la enfermedad en el Panel 1 y el Panel 2 donde viven cerca de ocho mil habitantes”, enfatizó el galeno.

El área del policlínico Orestes Falls Oñate, que comprende 19 mil habitantes y 20 consultorios, es la más afectada por la COVID-19 en la Isla de la Juventud durante el rebrote de la enfermedad hasta el momento.

Dentro de la zona roja

De la finca Guisa salieron nueve casos confirmados y otros dos se ubicaron en el edificio 19, también vinculados a ese evento de trasmisión local. La falta de percepción del riesgo constituye, a decir del doctor Luis Mario Viltres Vega, médico del consultorio número 15, la principal causa del contagio entre los vecinos.

 

El doctor Luis Mario Viltres Vega encabeza un grupo multidisciplinario que labora en la zona roja. Foto: Osvaldo Pupo

El joven galeno encabeza un equipo integrado por un pesquisador, dos fumigadores, el presidente del consejo popular, miembros del Ministerio del Interior y factores del barrio, el cual se encarga de todas las labores en la zona roja.

“Todas las mañanas visitamos a cada residente en su vivienda. Aquí hay 42 pacientes de todos los grupos etarios, incluido, lactantes. Si alguno presenta síntomas sugestivos, como son contactos primarios, lo trasladamos a un centro de salud. La casa donde haya positivos se debe desinfectar para evitar el contagio del resto”, explicó el doctor Viltres Vega.

José Francisco Montero Espinosa, secretario del núcleo zonal del Partido y quien se encarga de registrar todo cuanto acontece en la cuarentena, explicó que existe un gran riesgo debido a la cercanía entre los residentes en la finca. “Son 13 núcleos familiares, pero muchos viven como uno. Están muy juntas las viviendas”, dijo.

 

El secretario del núcleo zonal, José Francisco Montero, es una suerte de historiador de la cuarentena. Foto: Osvaldo Pupo

Segundas partes…

El presidente del consejo popular La Fe, Danilo Abreu Ortiz, ya tenía todo en mente cuando concluyó la llamada telefónica con el director del policlínico. Con la experiencia de la anterior etapa, contactó a los directivos de las entidades del poblado que deben garantizar servicios básicos en la zona roja.

 

Danilo Abreu, presidente del consejo popular La Fe, aprovechó la experiencia del primer brote para enfrentar esta nueva trasmisión. Foto: Osvaldo Pupo

“Nos preocupamos, en primer lugar, por que los habitantes hubieran adquirido los productos de la canasta básica. Además, garantizamos la entrega del pan y la leche diarios. Hemos contado con la respuesta ágil de los organismos involucrados”, aseguró el delegado.

Sin embargo, Abreu Ortiz se lamentó de la indisciplina de los pobladores de La Fe y del resto del municipio, lo cual condujo a establecer esta cuarentena. “Veo personas en sitios públicos que no siguen las medidas sanitarias. Eso agrava la situación epidemiológica del territorio”, denunció.

Al respecto, el doctor Osvaldo Domínguez, insistió en la necesidad del distanciamiento físico, el uso del nasobuco, entre otras acciones conocidas para frenar la propagación de la enfermedad, que en esta segunda etapa ha afectado no solo a adultos, sino a pacientes en edad pediátrica.

“La permanencia del municipio durante más de 200 días sin reportar nuevos contagios contribuyó a un exceso de confianza entre sus residentes”, dijo.

 

Los organismos involucrados respondieron con agilidad. En la foto, un camión de servicios comunales. Foto: Osvaldo Pupo

El directivo también comentó sobre la participación de 51 pesquisidores, de ellos 35 estudiantes de ciencias médicas. Además, explicó que los médicos y enfermeras cumplen con sus funciones habituales en los consultorios y realizan el seguimiento a los viajeros que llegan al territorio.

No pase, vivienda en aislamiento

“Constituye un reto, porque nosotros también tenemos familia y debemos cuidarla”, advirtió la doctora Annelle García Domínguez sobre su labor como médica en el consultorio 12 de La Fe, que tiene a su cargo el seguimiento a los pasajeros y la identificación de los contactos de pacientes confirmados.

 

 

Ella es una joven que egresó de la carrera hace tres años y cursa su residencia en Medicina General Integral, pero, sobre todo, es madre. “Tengo una hija de dos años. Cuando llego a mi casa, me quito mis medios de protección y lavo mi ropa con agua clorada. En ocasiones, siento que pude estar sobreexpuesta y permanezco con el nasobuco”, relató.

Sobre su día a día en el consultorio, explicó: “Cuando llega un viajero al municipio se nos notifica desde el Centro Municipal de Higiene y Epidemiología. En ese momento lo ubicamos por las fichas familiares para empezar las pesquisas”.

“A los viajeros internacionales se les hace un PCR en La Habana y se nos notifica el resultado. Durante los primeros cinco días se les hace un seguimiento; de ser negativa la primera prueba realizamos otra aquí y en dependencia del resultado tomamos medidas. Mientras tanto, todos en la vivienda deben permanecen bajo vigilancia. Esa casa se identifica con una pegatina”, expuso.

La doctora Annelle García Domínguez afirmó que, al no contar con un centro para el análisis de las muestras y tenerlas que enviar hacia La Habana, el resultado demora. “Esto ha provocado impaciencia entre los viajeros y sus familiares”, comentó.

El director del policlínico de La Fe, Osvaldo Domínguez, alegó que al disminuir la frecuencia de los vuelos Gerona-Habana, los resultados no están con la prontitud que quisieran los especialistas de la salud. A lo que se suma la cantidad de muestras enviadas por estos días, debido al evento de trasmisión local.

Experiencias y sacrificios

“Trabajar dentro de la zona roja constituye el mayor reto hasta ahora en mi formación profesional. Es una experiencia que aporta, porque se necesita de un gran cuidado para evitar el contagio y resulta enriquecedor poder contar con otros factores de la comunidad que nos apoyan en esta lucha por la vida”, comentó el doctor Luis Mario Viltres Vega.

Foto: Osvaldo Pupo

En casa lo esperan sus padres, cuyas edades los sitúan en situación de vulnerabilidad, por tanto, el joven médico no se permite ningún descuido. “Aplico todas las medidas sanitarias. Uso nasobuco dentro de mi hogar, solo me lo quito en el baño y cuando voy a comer”, recalcó.

Solo ha trascurrido un año y medio desde que recibió su diploma de graduado. Ahora es residente en la especialidad de Medicina General Integral. Sin embargo, sus pocos años de labor y el miedo al contagio no le impidieron rebasar las cintas blancas de la cuarentena para atender a sus pacientes.

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