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De oncología a la COVID-19 y viceversa

Luego de haber recuperado las rutinas de los servicios habituales el Hospital Oncológico Celestino Hernández Robau, de Santa Clara volvió a convertirse en  centro de tratamiento para pacientes positivos y sospechosos de COVID-19. El aumento de  casos del tercer rebrote de la enfermedad obligó a ello.

 

El doctor Manuel Toboso, director del Hospital Oncológico Celestino Hernández Robau, de Santa Clara. Foto: Lourdes Rey

Ahora este episodio es menos complejo para dicho colectivo teniendo en cuenta la experiencia de la  primera etapa de la pandemia. “En aquel momento estábamos aprendiendo todos de esta enfermedad, en ocasiones  tuvimos que actuar de manera  aislada, en las salas prácticamente  no teníamos comunicación con el exterior,  hubo que pensar mucho  y realizar los protocolos auxiliándonos de los celulares, el panorama era muy complejo y lo más importante era salvar los pacientes, ahora la situación es diferente”, explica el doctor José Alfredo Barceló, uno de los galenos que se entrega en cuerpo y alma para amparar a los enfermos por el contagioso virus.

Cuando Manuel Toboso, director de este centro asistencial, rememora esos primeros  días, es perceptible aun en su rostro el susto de aquellas horas, que parecieron no terminar nunca y  que le sirven para que en la actual circunstancia sea más viable el proceso, aunque tenso igual, según aseguró el galeno.

“Sabíamos que existía la posibilidad de formar parte de este proceso, nunca imaginamos que sería ante un episodio tan lamentable como el contagio en el Hogar Abuelos 3,  de esta ciudad. De inmediato se realizó el distanciamiento  establecido para las camas, diseñamos el flujo hospitalario para garantizar el cumplimiento de las normas de bioseguridad, ahora de nuevo hicimos lo mismo pero con mayor conocimiento,  tenemos  más de 100 camas para  estos pacientes y se sigue todo el protocolo en cada una de las salas”.

“Pasamos del hospital oncológico a la institución para atender casos positivos y sospechosos de COVID -19 y el cambio respondió a una necesidad. El  11 de mayo con la salida de los últimos pacientes de traslado hacia el Hospital Manuel Piti Fajardo, iniciamos la recuperación de nuestros servicios habituales. Fue necesario seguir tomando medidas extremas, una infección de este virus es complicada y si se producía en pacientes con estas patologías era doblemente mortal, por eso se emprendió con absoluta responsabilidad”, dijo,  y en su voz era perceptible la ética médica cubana. Ahora volvimos a  realizar el proceder de  forma inversa para reconvertirnos en  hospital para COVID-19 sin dejar de prestar  la atención oncológica”, puntualizó.

 Los pacientes oncológicos  se continúan atendiendo

Es perceptible la esperanza en sus rostros a pesar que saben que cargan  con la  pena y el dolor de una enfermedad  muchas veces mortal. La excelencia del servicio, la competencia probada de sus  profesionales dan aliento para vencer el mal. Ellos, los pacientes, saben que en los expertos del hospital Oncológico Celestino Hernández Robau, de Santa Clara, existe valor y  preparación para hacer el bien.

 

Foto: Lourdes Rey

Como ha ocurrido en el mundo entero durante la pandemia se redujo  la actividad oncológica, pero esta institución  ha reajustado el servicio, mantienen las consultas reorganizadas en la propia instalación, en el área opuesta con entrada independiente y aislada. En el Cardiocentro Ernesto Guevara se instaló el tratamiento oncológico (Quimioterapia y Radioterapia). Se habilitó un salón para la cirugía de tumores diagnosticados que no pueden esperar, en el Hospital Arnaldo Milián Castro, así como  las urgencias, junto a la parte clínica de los pacientes oncológicos y cardiología.

Es destacable que se continúan los tratamientos para quienes es imprescindible, incluso de otros territorios, con garantía diaria de transporte.

Anita, la doctora del hechizo

 

La doctora Ana Victoria de la Torre, afirma que los pacientes oncológicos se siguen atendiendo a pesar de la situación difícil de la pandemia. Foto: Lourdes Rey

Le dicen: la doctora Anita, así de sencillo, el diminutivo de su nombre viene de la juventud. La doctora Ana  Victoria de la Torre Santos, especialista de segundo grado en oncología y jefa de ese servicio en el  mencionado hospital villaclareño, es una mujer dulce. Detrás de su  mirada tierna y voz cálida  hay una inteligencia profunda que ha logrado salvar de la muerte a muchos.

“El cáncer es una enfermedad prevenible, al  pronosticarse  precozmente  puede  detenerse y curarse”, dijo optimista quien ha realizado investigaciones , incluso a nivel internacional, y ha probado vacunas  para esta patología en pulmón, mamas y otros tumores, con alta efectividad.

“Las vacunas elaboradas por científicos cubanos tienen el potencial de reducir el crecimiento de las células cancerosas en los pacientes con una etapa avanzada de cáncer en el pulmón, en esencia, activan el sistema inmunológico del paciente de modo que el mismo cuerpo combate las células cancerosas y hasta el momento no se han identificado efectos adversos severos”, expresó  De la Torre Santos.

“La atención a los pacientes oncológicos,  ha sido una prioridad  durante el periodo de enfrentamiento a la pandemia en Villa Clara, no paramos la actividad de quimio y radio terapia, además, no han sucedido fallecimientos por  el contagioso virus en pacientes en tratamiento, ni eventos intrahospitalarios”, aclaró.

Afortunadamente en el intervalo  entre los dos rebrotes de COVID-19 el hospital  pudo atender diariamente  entre 80 y 100 pacientes de las provincias comprendidas  entre Matanzas y Camagüey, así como fueron realizadas las cirugías de aquellos casos que hubo que posponer, eso significa haber salvado cuantiosas vidas, pues de no hacerse este proceder en el periodo establecido tendría consecuencias fatales.

 

El colectivo obtuvo la Bandera de Proeza Laboral, ahora vuelve a hacer proeza en este periodo. Foto: Lourdes Rey

 

 

[note note_color=»#8ffcf6″ text_color=»#332627″]En el primer rebrote de COVID-19 en el Celestino Hernández fueron ingresados un total de ingresados 333 pacientes, el 84,6% de los pacientes fueron mayores de 60 años, 91 positivos a la COVID-19, 15 de ellos de la provincia Sancti Spíritus, sospechosos 242.

Se reportaron seis fallecidos, cuatro en ese momento ya eran negativos a la COVID-19, con una letalidad menor del 1.5%.

Fueron atendidos 43 pacientes del evento del Hogar de Ancianos 3.

No se enfermó ningún trabajador. Apoyaron contingentes del INDER, la Geominera y los CDR.

En el actual rebrote se han ingresado hasta la fecha 126 pacientes, 102 confirmados y 24 sospechosos. Se han dado de alta 102 de ellos.[/note]

 

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