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Diana Rosa Suárez: La televisión siempre es un reto…

Diana Rosa Suárez ha sido, desde su debut, uno de los rostros más be­llos y populares de la televisión, el cine y la radio nacionales. Reciente­mente recibió el Premio Nacional de la Televisión Cubana junto a otras seis destacadas figuras de este me­dio que el 24 de octubre celebró su aniversario 70.

Con una amplia y variada tra­yectoria en la radio, la televisión y el cine, la carismática actriz, pre­sentadora, declamadora y cantante con más de 57 años de vida artísti­ca asegura que sus grandes amores son sus nietos y su patria. “Cuando tenía 15 años —dijo— comencé mi carrera, fue en 1961 al matricular en la Escuela Municipal de Arte Dramático, no tenía la menor idea de que posteriormente subiría a un escenario e interpretaría a clásicos de la dramaturgia cubana e inter­nacional”.

Diana Rosa recuerda que, tras concluir sus estudios de actuación, comenzó a hacer teatro en las sa­las Idal y Arlequín. “Luego Enrique Almirante me avisó de una convo­catoria para La Novela de las Diez. Buscaban a una muchacha que tu­viera parecido con Odalys Fuentes para el personaje de Adela, en Ceci­lia Valdés. Era la primera vez que me paraba delante de una cámara de televisión”.

Aunque su versatilidad e his­trionismo artísticos han sido pro­bados en todos los medios, afir­ma que sus mejores recuerdos los guarda de su entrega a la televisión, “donde me di a conocer y he tenido la posibilidad de llegar a todos los hogares cubanos. Por supuesto, no dejo de reconocer las agradables in­fluencias que el cine y el teatro han dejado en mi carrera; sobre todo en este último que es la base más im­portante para la formación de cual­quier actor”.

En tal sentido aseveró que “la televisión en vivo era un estado de nervios, creaba una enorme tensión ya que durante las transmisiones pasaba de todo, y lo peor era que se te olvidara una parte del texto, y entonces tu compañero ayuda­ba. Crecí mucho como artista en las aventuras. En el cine el director escoge la mejor toma, pero la tele­visión siempre es un reto, recuerdo que hubo una época en que a los actores nos tomaban la presión ar­terial antes y después de la filma­ción. En el dramatizado Las tres hermanas, de Anton Chéjov, estuve una hora llorando y eso me afectó bastante emocionalmente. Prefiero el drama, me da más posibilidades histriónicas, aunque se me dan los personajes cómicos, hice San Nico­lás del Peladero, Casos y cosas de casa y la Comedia del Domingo, en­tre otros”.

Con evidente emoción, mani­fiesta que se siente “afortunada, pues hice desde Un tranvía llama­do deseo, Elena de Troya, El zorro y El jaguar, hasta El año que vie­ne, del inolvidable maestro Héctor Quintero, y agradezco haber asumi­do todos mis personajes, tanto los menores como los más complicados, pues todos me dejaron alguna ense­ñanza. Guardo con profundo cariño el de Leonor Villarreal, en El zorro, que me dio enorme popularidad”.

Acreedora de otros reconoci­mientos, como la medalla Maja­dahonda, “la cual me gané por mi labor como actriz internacionalista en Etiopía y Angola con el Conjun­to Artístico de las FAR”; además de la distinción Armando Mestre, que otorga el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, y la Réplica del Machete del General Antonio Maceo.

También protagonizó otros programas dirigidos a la infancia; así como Teatro ICR, la telenovela Horizontes, Tele Fiesta, Mansión Mayeya y Cuento Universal. “En 1982 incursioné en espectáculos musicales como presentadora en el Festival Benny Moré, y en Dos Gar­denias, en este desempeño llevo mu­chos años. Además soy promotora de jóvenes talentos en mi peña del Delirio Habanero del Teatro Nacio­nal”, expresa Diana Rosa.

Sobre su incursión en el espe­rado espacio humorístico Alegrías de sobremesa, de Radio Progre­so, reconoce a Alberto Luberta, su creador, “como un mago, un genio, preciso, suspicaz, no se le escapaba ningún detalle, te armaba y domi­naba el personaje. Hay algo de mí en la Leonor de Alegrías… De ese programa recuerdo a excelentes actores, entre ellos a Carlos Moc­tezuma, Aurora Basnuevo, Mario Limonta, Marta Jiménez, Armando Soler, José Antonio Rivero, Antonio Ñico Hernández, Pipo de Armas. Fueron muchos. Allí consolidé mi carrera”.

¿Qué consejo le daría a los jóve­nes actores?

Lo principal, independiente­mente de tener talento, pues sin él es imposible emprender este cami­no del arte, es la disciplina, apren­derse bien los textos, respetar los horarios de los demás, ser conse­cuentes, y tener una buena dicción, eso lo da la radio, yo les recomiendo incursionar en este poderoso medio.

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