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Los Primos: negocio próspero y con seriedad

Hace poco más de tres años, el taller automotor Los Pri­mos, enclavado en el muni­cipio capitalino de Boyeros y especializado en equipos de la marca Peugeot, solo factu­raba unos 22 mil pesos men­suales, y hoy ese número se eleva hasta los 23 millones de pesos en 12 meses, indica­tivo de una excelente tasa de crecimiento anual del 25 por ciento.

Foto: Heriberto González Brito

Tal crecimiento le ratificó a Yuanys Castro Sarduy, ti­tular de la licencia de trabajo por cuenta propia y al frente del grupo de 16 trabajadores, que el negocio podía y puede, empinarse más. “Lo funda­mental es no perder la brú­jula: las claves son producti­vidad, calidad, creatividad y disciplina, calificación y su­peración de nuestros traba­jadores”, asegura Esmel Yera Castro, subcontratado, uno de los primos y quien en su con­dición de abogado se encarga, entre otras cosas, de llevar los papeles y los asuntos legales.

Nacidos a partir del capi­tal privado, Los Primos han tenido muy positiva respuesta del mercado. “Claro que eso tiene su explicación: si un día no podemos resolver un pro­blema que tenga un Peugeot o un Citroen, cerramos esto”, subraya el titular de la licen­cia, y sus palabras no parecen jactanciosas. Más bien deno­tan seguridad en el quehacer de su grupo.

“Mire, prosigue, mi promoción es la calidad de lo que hacemos. Fíjese que no damos abasto a la demanda. Tenemos más de 310 clientes estatales, de muchísimos sectores, pero no obstante los esfuerzos que hacemos en el encade­namiento productivo y en otros órdenes no podemos asumir las peticiones de particulares”.

Sin duda, Los Primos ya ocupan un lugar preferen­te en el mercado nacional de las reparaciones automotri­ces, algo de mucho valor en un año en que las carencias y necesidades se hicieron más profundas en el país, y como parte de ello, la falta de pie­zas para el parque automotor.

“En las difíciles circuns­tancias actuales acometemos varias acciones constructivas y compramos un torno, pues estamos obligados a recupe­rar determinadas piezas para no detenernos. Las importa­ciones son a través de una empresa estatal y al ser ese un tema que recién comien­za, aún se deben afinar al­gunos detalles”, nos refiere Yuanys.

“Pero hay algo más: nuestros contratos son per­sonalizados, pues no pode­mos cobrar igual a todos los clientes.

“Negociamos los precios a partir de los parámetros que impone el mercado, y claro que tenemos rentabilidad, pero según la realidad que vi­vimos, no tenemos precios ca­ros. Todo se debe a que somos más competitivos que el resto de las entidades que hacen lo mismo que nosotros, aunque ciertamente a los particulares se les hace muy difícil acceder a nuestros precios”, dijo.

Agrega que no admiten un carro sin su debido con­trato, a la vez que no exigen pago anticipado. “Damos 180 días de garantía y el pago es a los 30 días después de llevarse el auto, aunque está la opción de negociar plazos para el desembolso. Todo eso lo decidimos noso­tros, porque somos autóno­mos.

¿Por qué no una coopera­tiva no agropecuaria (CNA)?, preguntamos. “Como hasta ahora todo nos ha ido bien, no queremos convertirnos en una CNA. Por la eficiencia que mostramos sí aspiramos a ser lo que se conoce como microempresa, si su estructu­ra se aviene a nuestros intere­ses”, aclara Esmel.

Según palabras de sus directivos, Los Primos son pioneros en cuanto a en­cadenamiento productivo. “Nuestro objeto social es el de reparaciones de autos. El carro llega por un problema mecánico, pero quizás ne­cesite chapistería o pintura, entonces ese servicio lo sub­contratamos a otros, pues si podemos debemos hacer la mayor cantidad posible de cosas. El propósito es que salga completo”.

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