Luces en las aulas de la universidad Marta Abreu

Luces en las aulas de la universidad Marta Abreu

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Llegan y miran su universidad, la más multidisciplinaria de todas las casa de altos estudios cubanos. La reconocen, son estudiantes de diversas provincias del país. El ambiente es juvenil, alegre, se hacen chistes; eso si no lo ha cambiado el más letal de los virus.

 

Los estudiantes llegan y existe todo un protocolo sanitario para evitar la transmisión del contagioso virus.

 

Ni la distancia establecida para cuidarse, ni el rostro enmascarado pudieron con ese júbilo que caracteriza los años imborrables de la vida de los seres humanos, ahora matizados por un duro episodio; pero es evidente que lo asumen con un respeto y responsabilidad nuevos, pudiera creerse que lo adquirieron durante estos meses de confinamiento.

En el reencuentro no hubo abrazos, sí miradas cómplices, también saludos de amor y cariño. A pesar de que nada es absolutamente nuevo entre ellos porque se han mantenido en contacto, surgen preguntas: cómo será la nueva normalidad en la universidad, cómo estará distribuido el régimen docente…

Y así reinició en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV) el curso 2019-2020 paralizado en marzo. En los rostros de alumnos y profesores, a pesar de la máscara salvadora, es visible la esperanza por continuar, la añoranza por concluirlo. No esconden el deseo de aprender y de enseñar.

Se reincorporan estudiantes de 19 de las 50 carreras que allí se estudian, esas que no tienen matriculas de alumnos residentes en las provincias comprometidas sanitariamente —Sancti Spíritus y Ciego de Ávila. Pero a todos se le realizó meticulosamente la pesquisa: medición de la temperatura, también una prueba de PCR, el estudio epidemiológico…

Se han dispuesto medidas como la utilización de soluciones de diferentes sustancias para la higienización de las manos y superficies, los pasos podálicos, se exige el distanciamiento social y el uso del nasobuco de forma obligatoria durante el proceso docente y otras actividades.

 

 

 La nueva residencia

Diferentes acciones constructivas fueron emprendidas en la residencia estudiantil de la UCVL, que es la más grande de Cuba.

Un nuevo edificio fue remodelado con capacidad para 300 estudiantes, acción con la que se libera un número significativo de posibilidades de alojamientos en otro inmueble y mejor disposición de literas.

El rescate de este edificio, paralizado durante varios años, contribuye a mejor confort en la estancia de los estudiantes, privacidad, evita el hacinamiento y se crea así un área para todos los becados extranjeros y los alumnos de postgrado.

Adicionalmente se realizaron acciones de mantenimiento constructivo en casi todos los inmuebles, incluyendo la sede pedagógica Félix Varela, que durante el período de pandemia funcionó como centro de aislamiento para sospechosos y contactos.

 

El nuevo edificio fue una obra urgente, pero quedó con calidad y permite el distanciamiento social.

 

Fueron rehabilitadas áreas para lograr el distanciamiento social en aulas, laboratorios y otras actividades imprescindibles de la vida universitaria. A lo anterior se une el remozamiento de la infraestructura sanitaria, hidráulica, la cocina-comedor y el abastecimiento de agua a esta institución docente.

Todo, gracias al esfuerzo de diferentes entidades constructoras de Villa Clara. Minerva Cecilia Díaz, quien lleva más de dos décadas en la empresa de Construcción y Montaje de la provincia, estuvo al frente de los objetos de obra y reconoció que se logró con mucho empeño y dedicación del colectivo.

“Sabíamos que aquí se alojaría la inteligencia, los profesionales del futuro, se hizo con mucho amor y compromiso a pesar de las dificultades y la Covid-19”, precisó.

 

Cambia el régimen docente 

 

 

La Universidad Central posee una matrícula elevada y por tanto alta movilidad. Cuenta con estudiantes de diferentes provincias (Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Matanzas, Cienfuegos y por supuesto, Villa Clara) y un número grande de profesores, muchos de edad avanzada; por ello evitar la coincidencia del personal es un reto, de ahí las medidas organizativas tomadas para emprender los diferentes procesos.

La dirección universitaria para las actuales circunstancias estructuró un nuevo gráfico docente. Se establecieron grupos de carreras para que funcionen de manera escalonada; los contenidos se impartirán de forma concentrada y en todos los casos los estudiantes cuentan con el tiempo suficiente para cumplir los objetivos pendientes, así como para realizar las evaluaciones correspondientes, se impartirán los temas en dobles sesiones de clases.

Iniciaron 19 carreras y tres cursos de ciclo corto de la Educación Superior, entre ellas las ingenierías Agrónoma y Agrícola, las licenciaturas en Contabilidad y Finanzas, Derecho, Gestión Sociocultural para el Desarrollo, Filosofía Marxista, las de perfil pedagógico y Cultura Física, así como las ciencias básicas, específicamente: Matemática, Física, Ciencias de la Información e Ingeniería Informática y los cursos por encuentro.

Están limitadas las ingenierías y otras  de corte humanista como Comunicación Social, Filología, Sicología y diferentes idiomas, las que cuentan con estudiantes de provincias comprometidas epidemiológicamente.

Como forma de estudio se han intencionado las tareas extraclases, el estudio on line y otras modalidades a partir del uso de las posibilidades informáticas y las nuevas tecnologías. La educación de postgrado mantiene las garantías para su cumplimiento.

Los ejercicios de culminación de estudios fueron realizados por diversas vías manteniendo el rigor en este acto académico. De Villa Clara fueron graduados en la Plaza Comandante Ernesto Guevara 540 estudiantes que se incorporan a la vida profesional. El resto de los estudiantes por graduar de las diferentes provincias, realizarán dicho acto en los territorios de residencia.

 

Se encienden las luces

 

 

Se encendieron las luces de la universidad. Este primer momento del reinicio con un grupo limitado de carreras es, a su vez, un aprendizaje en medio de la nueva normalidad, luego será el resto. De seguro todos terminarán este curso trunco y difícil; eso sí, con responsabilidad, disciplina y extremando las medidas higiénicas que contribuyan a preservar la salud de educadores, educandos y el resto de los trabajadores de esta institución docente que es de excelencia en el país.

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