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La ciencia que allanó el camino hacia “la nueva normalidad”

Leticia Martínez Hernández / Presidencia de Cuba

 

En Cuba se ha atendido al 100 % de los confirmados con la COVID-19 y a sus contactos; no han colapsado las unidades de cuidados intensivos; no se han reportado fallecimientos de niños, embarazadas, ni trabajadores de la Salud en el territorio nacional, no así en misiones internacionalistas donde cuatro colaboradores han perdido la vida; se han realizado más de 700 investigaciones; hay 16 ensayos clínicos en ejecución; y 52 brigadas médicas han salido al mundo a prestar ayuda; todo ello en medio de una pandemia que ha paralizado al mundo.

 

Foto: Estudios Revolución

“Cuando uno ve así de golpe, como lo hemos visto en esta sesión de trabajo, tantos resultados concentrados, uno siente tanto orgullo de la ciencia cubana y de su aporte, sobre todo en momentos como este en el que hemos tenido que enfrentar un problema tan complejo, que ha sido un momento crítico en la vida del país”.

Así resumió tal proeza el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en un nuevo encuentro que sostuvo en la tarde de este jueves, desde el Palacio de la Revolución, con los científicos y expertos que han participado en la batalla contra la COVID-19, durante el cual se expusieron los impactos del protocolo de tratamiento y de los productos innovadores cubanos, que han ayudado a salvar la vida al 90,2% de los contagiados con esa enfermedad en el país.

Haber llegado a este momento de superación del rebrote y poder actualizar nuestra plataforma de enfrentamiento a la COVID-19 y conceptualizar un nuevo momento, donde vamos a hablar de una nueva normalidad o de la normalidad posible con la que podemos vivir, tiene que ver mucho con los resultados que han aportado nuestros científicos, junto al trabajo de las organizaciones de masas, del pueblo en sentido general y de nuestro sistema de salud, aseveró el Jefe de Estado.

Durante el encuentro, esperanzador como todos — en el que se habló de medicamentos cubanos como Jusvinza, Itolizumab, Nasalferón y Biomodulina T— el Presidente de la República dijo que “estos resultados científicos nos han ayudado a encontrar el camino hacia la nueva normalidad, ahora esa nueva normalidad impone otros desafíos y retos también a nuestro sistema de ciencia e innovación”.

Poco antes de salir en la Mesa Redonda a explicar a nuestro pueblo las decisiones sobre el momento de apertura que comenzará a vivir el país, Díaz-Canel dijo a los científicos: “todavía no son los tiempos en que podremos darnos los abrazos físicos que todos anhelamos, pero yo sí creo que son tiempos en que de manera sentida, con abrazos a distancia, con gestos que pueden ser muy íntimos, podemos expresar todo el cariño, todo el amor, toda la admiración, toda la gratitud, todo el reconocimiento, a los que han hecho posible estos resultados”.

Se refería el mandatario, por ejemplo, al protocolo utilizado en el país que tiene base científica e incorpora las buenas prácticas aprendidas en los servicios de salud cubanos, así como las experiencias de colaboradores en las misiones de las brigadas “Henry Reeve”. También a la introducción de productos innovadores, equipos, dispositivos y medios diagnósticos de la industria biotecnológica y farmacéutica nuestra, que han garantizado la soberanía en las intervenciones preventivas y terapéuticas.

De eso comentó la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, quien aclaró además que, como premisa de trabajo, en Cuba se ha protegido a la población sana para que no enferme; al confirmado para que no empeore; al paciente grave y crítico para que no fallezca; y al convaleciente para que las secuelas del SARS-CoV-2 sean mínimas.

Todo ello ha permitido, apuntó, que la tasa de letalidad se ubique en un 2,08%; que los pacientes activos sean el 7,1% de total de 5 917 casos confirmados hasta la fecha y que los recuperados sobrepasen el 92%.

En esas estadísticas, enaltecedoras frente a lo que ha ocurrido en el mundo, ha sido decisiva la carpeta de productos contra la COVID-19 desarrollada entre BIOCUBAFARMA y el MINSAP, en la que se han incluido antiinflamatorios, inmunomoduladores, antivirales y vacunas.

En la reunión con el Presidente y el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, los científicos presentaron los resultados con el uso profiláctico del Nasalferón en médicos internacionalistas, trabajadores de Salud y otras personas vulnerables, que ha demostrado su efectividad y seguridad; la Biomodulina T en ancianos de instituciones sociales, con excelentes efectos en la prevención de la infección por la COVID-19 y otras afecciones respiratorias; así como los Interferones, con un impacto en la negativización temprana del SARS-CoV-2 y en la reducción del número de pacientes que desarrollan síntomas severos de esa enfermedad.

Asimismo, explicaron sobre el uso de Jusvinza en el tratamiento de pacientes cubanos críticos y graves con la COVID-19, un medicamento centrado en disminuir los niveles de inflamación y regular la producción de citosinas. Según detalló la doctora en Ciencias María del Carmen Domínguez, líder de ese proyecto científico, su utilización comenzó en todos los hospitales del país a finales del mes de abril y hasta agosto la sobrevida de los pacientes excedía el 94%.

Del Itolizumab, otro de esos productos decisivos de la biotecnología cubana, la doctora en Ciencias Tania Crombet, directora de Investigaciones Clínicas del Centro de Inmunología Molecular, destacó cómo tras 72 horas de su utilización mejoran en un 70% los parámetros ventilatorios de los enfermos graves y críticos. Además, la tasa de supervivencia en graves y moderados de alto riesgo se eleva a un 90 %.

Igualmente fueron expuestas otras importantes intervenciones con la ozonoterapia rectal en personas diagnosticadas con la COVID-19; el Prevengho-Vir, distribuido a más de dos millones de familias cubanas; la transfusión de plasma de convalecientes del SARS-CoV-2 a pacientes  infectados; el protocolo de atención psicosocial y de salud mental en los difíciles tiempos impuestos por la epidemia; así como el desarrollo de cuatro diagnosticadores de la enfermedad y de un ventilador cubano de de emergencia para pacientes entubados, del que se tendrán disponibles 250 en los próximos meses, luego de que pase las pruebas en humanos, como requisito para que la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de la República apruebe su uso.

Todo esto, subrayó el Presidente de la República, “habla de la defensa de lo interdisciplinario al abordar problemas tan complejos como este de la pandemia, miren cuántos saberes distintos han estado hoy aquí mostrando resultados para enfrentar a la COVID-19”.

De esa batalla en el terreno se debatió minutos más tardes, cuando en el mismo hemiciclo del Palacio de la Revolución, se reunió el Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el control de la epidemia —al que esta vez se sumaron el segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista, José Ramón Machado Ventura, y el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa —que evaluó la situación de las provincias de La Habana, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, las únicas que reportaron nuevos casos este jueves: once, cuatro y cuatro, respectivamente, para un total de 19 en todo el país.

Allí el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, informó del cierre del evento de transmisión local en el consejo popular Orlando González, del municipio de Majagua, en Ciego de Ávila; así como de la apertura de otro en Centro Habana, lo que fija en 15 los eventos activos en la Mayor de las Antillas.

Tras escuchar las precisiones de cada uno de los gobernadores de aquellas provincias, el Presidente de la República fue enfático con la capital: “Hay que seguir profundizando en el seguimiento de todos los casos para que La Habana no vuelva a un rebrote; nos estamos manteniendo en los diez u once casos, pero hay que seguir teniendo un control muy estricto para evitar retrocesos y por lo tanto no se puede bajar ninguna medida de rigor en el pesquisaje, en el autopesquisaje, en el trabajo con los focos para que no lleguen a eventos, en la detección temprana de los que pueden estar enfermos y en el seguimiento inmediato a todos los contactos”.

Premisas, también, para toda una nación.

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