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Ser o no ser cuenta propia, ¿ahí está el dilema?

Tomar café en lo de Jorgito, comer hamburguesas en la casa verde de San Ramón, llamar por teléfono en lo de Lola o comprar zapatos con algún artesano se ha vuelto algo cotidiano. Para suplir las más insospechadas necesidades, con normal naturalidad, en Cuba se acude a un cuenta propia, porque allí es mejor. O por lo menos es lo que se espera.

 

La calidad de los servicios que se prestan en algunos centros no estatales atraen a más personas y generan una mirada de agradecimiento por parte de los clientes. Foto: Leandro Armando Pérez Pérez

 

Pero para que esta sea la realidad han tenido que pasar 10 años, en los cuales cada vez más la voluntad gubernamental ha mostrado su confianza en ese sector. Y es por ello que varios decretos leyes se han ido aprobando para contribuir su expansión e ir transformando las miradas negativas.

Las necesidades de su fomento estaban claras desde aquel 2010: liberar al Estado de cargas adicionales y ser una opción laboral. Hoy se muestra su valía y ya suman más de 605 mil trabajadores, quienes incrementaron la oferta de bienes y servicios con niveles de calidad aceptables para la población y el turismo internacional; y sus aportes a la economía constituyen fuente de ingreso para los presupuestos municipales y el desarrollo local.

¿Qué hace falta?

Pero aunque los números sean positivos, lo cierto es que muchos elementos tienden de un péndulo. Como señaló un informe discutido por la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre del 2019, tras la fiscalización del sector en varias zonas, quedan deficiencias en el apoyo y en la organización y control de esa forma de gestión no estatal.

Para guiarlos, representarlos y apoyarlos se les otorgó la posibilidad de pertenecer a una sección sindical. Pero, por ejemplo, de los 35 mil 358 trabajadores no estatales que existen en Camagüey, solo 29 mil 843, un poco más de un 84%, están sindicalizados. Y aunque es cierto que afiliarse es voluntario, bien pudiera ser mayor el número.

Según explica Leirán Torres Sánchez, miembro del secretariado provincial de la CTC, “el objetivo inicial era llegar a más de un 90%, sobre todo en aquellos que no tienen un vínculo laboral con una entidad estatal. Pero falta trabajo por hacer.

“Actualmente tenemos 452 secciones sindicales constituidas en la provincia y eso nos permite incidir en la atención. No obstante, en el territorio está establecido un grupo multidisciplinario, con el mismo objetivo, que incluye a las autoridades gubernamentales, con el cual trabajamos de conjunto».

“Pero como organización obrera realizamos, además, encuentros con los trabajadores no estatales varias veces al año, le damos seguimiento a sus planteamientos y quejas en el secretariado de la CTC; a los dirigentes de base los capacitamos y luego evaluamos».

“También visitamos de manera regular las áreas de grandes concentraciones de trabajadores de esa modalidad, ya que son espacios donde se debate y generan intercambios que enriquecen nuestro actuar”.

Maikel Pérez Cruz lleva siete años como Agente de comunicación y bien ha comprendido la necesidad de que “alguien escuche y eleve tus quejas. Por años una de las cosas que más pedíamos era que en Etecsa existiera una oficina para que nos atendiera y donde nos explicaran lo necesario; y gracias a que más de la mitad de los dos mil 200 agentes que tiene Camagüey estamos sindicalizados, hoy contamos con esa oficina”.

Esa posibilidad, unida a la experiencia sindical que tiene de sus años como profesora, guiaron a Yusimir Lezcano Suárez, quien asume la renta de habitaciones en divisa hace poco más de un año, a afiliarse.

“Yo tengo claro que el empleo por cuenta propia no es para enriquecerse, es un método de emplear personas y de que estas aporten a la economía, pero debe ser mejor organizado porque si una pierde en la inversión o sostén del negocio más de lo que ganamos, no es rentable».

“Yo soy una trabajadora más del turismo, y mi modalidad, el de ciudad, atrae a más extranjeros, así que para aportar me urge una tienda para adquirir elementos de aseo, el guante, el cloro.”

Como acota Torres Sánchez la necesidad de un mercado mayorista para la compra de insumos es uno de los más reiterados planteamientos, y en el que se viene trabajando. “Pero hay que transformar la mirada y comprender que si apoyamos estos servicios se apoya a la economía.

“También hay que ponerle coto a las ilegalidades, incrementar la cultura tributaria entre ellos para que no persistan las deudas, y enamorarlos también para que se sindicalicen. Solo así podremos resolver mejor sus inquietudes y mostrarles que estamos de su lado, que ellos son trabajadores que aportan e importan”.

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