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Servir, la pasión del enfermero Raúl

“Vine a dar lo mejor de mí para ayudar a salvaguardar la vida de nuestros hermanos venezolanos ante la COVID-19 y no descansar hasta dominar la situación y que se elimine la pandemia”. Con esa decisión llegó a Venezuela el habanero Raúl González García, enfermero intensivista y diplomado en varias especialidades de salud.

Enfermero intensivista Raúl González García. Foto: Jorge Pérez Cruz

De inmediato, tras su arribo como parte de las seis brigadas del Contingente Henry Reeve, se incorporó a laborar en Anzoátegui  “como una manera de ratificar el apoyo incondicional a los esfuerzos que realizan aquí nuestros compatriotas y sus colegas venezolanos”.

Confirma, con palabras y hechos, la disposición de defender la salud y la vida de las personas contagiadas con este letal patógeno. Su vínculo es directo con los Centros de Diagnóstico Integral, un eslabón fundamental del Sistema Público Nacional de Salud de esta nación, donde laboran los brigadistas, y que en todo el país atienden, ahora mismo a una cifra superior de 4 mil  casos positivos al SARS-CoV-2, causante de este terrible padecimiento.

Itinerario por la vida

Servir, esa es la pasión que domina el tránsito por la vida de este consagrado enfermero, quien ha encontrado un espacio ideal para su humana vocación en el Contingente Internacional de Médicos Cubanos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, fundado el 19 de septiembre del 2005 por cooperar de inmediato, con personal entrenado, en cualquier país afectado por catástrofes naturales o epidemias.

En el año 2018  ingresó a esta organización y del 29 de marzo al 2 de junio del 2019  cumplió su primera misión, en la ciudad de Beira, Mozambique, adonde acudió y prestó atención especializada a la población de esa zona luego del paso de un huracán.

Rememora que en Beira atendieron a damnificados por el fenómeno meteorológico y a todo el que no requería, porque entonces sufrían o estaban en riesgo de padecer enfermedades como el cólera, agravadas por el paso del ciclón.

También suma otra misión en favor de los necesitados, pues formó parte de la brigada que por espacio de tres meses prestó servicios en Piamonte, Italia, en un hospital adaptado en el centro de Oficinas de Grandes Reparaciones de Turín y activado para atender la contingencia sanitaria provocada por la COVID-19.

Allí trabajamos sin descanso. “Regresamos el 20 de julio sanos, con el deber cumplido y la disposición de continuar enfrentando la pandemia donde sea necesario, enfatiza”.

Hoy, prácticamente a pocos días de haber regresado de esa región de Turín, está otra vez en zona roja en Anzoátegui, atento a los síntomas que puedan delatar el contagio con este patógeno invisible y letal:

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