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Con las medidas ganamos todos

Las medidas proclamadas por el gobierno cubano con el propósito de neutralizar la acción de revendedores, acaparadores y coleros han encontrado respaldo mayoritario en el pueblo por ser manifestaciones denigrantes que se han reforzado como consecuencia de los efectos de la pandemia Covid-19.

 

Las colas basadas en la especulación son las que hay que desarticular.

 

Era lógico el consenso. Los cubanos hemos convivido con las colas durante décadas, no estamos dispuestos a convivir con estas, porque son otras colas, marcadas por la especulación vergonzosa y en las que se han establecido relaciones sociales toxicas contrarias al proyecto socialista, marcadas por antivalores como el individualismo que laceran la identidad y unidad nacionales.

En ellas han proliferado nuevos métodos y formas de lucrar, un entramado que hay que desarticular porque son muchos los sujetos que intervienen en este viejo fenómeno que se adaptó en las actuales circunstancias para mantenerse con nuevas maneras.

Para muchos la mayor preocupación es que este impacto y la creación de los grupos de contención sea una campaña más, de ser así sería efímera. Otros consideran que de ser necesario debe reprimirse de alguna manera aunque nos sea la norma.

Algunos asumen este momento como un punto de inflexión, un giro a la coherencia, a establecer sistemas de distribución sólidos, que sabemos tendrá como aspecto neurálgico la falta de recursos, pero debe incluir una logística y transportación diferente que propicie acercarse a la equidad como preocupación constante.

El doctor Kird Díaz Guzmán considera que este es un momento oportuno para buscar organización logística y mecanismos eficientes de distribución en el país.

 

Sobre estos temas se refirió el doctor en Ciencias de la Comunicación y Profesor Titular de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Kird Díaz Guzmán, quien aseguró que las medidas anunciadas eran necesarias y urgentes. “Los cubanos apoyan, es el momento de reorganizar los métodos de abastecimiento y logística del país, pensar en lo coercitivo para lograr los propósitos ante quienes violan lo establecido y utilizan las grietas y debilidades de la organización del sistema para enriquecerse, es un acierto iniciar esta batalla”, puntualizó.

Se aboga, además, por la participación de la población, acción imprescindible, pero para hacerla efectiva hay que entenderla en el ámbito de las relaciones de toda la sociedad.

Participar es un proceso complejo y activo, que involucra al ser humano en todo su accionar en la sociedad y que transita por diferentes etapas y momentos en una práctica constante, donde la persona o el grupo del que se trate toma decisiones, afirma su autonomía y para hacerlo parte de expectativas a corto y largo plazo, a eso llamó el Primer Ministro en su intervención de este martes.

En todo este episodio se ha podido participar. Una forma fueron las discusiones de estos asuntos desarrolladas entre directivos de diferentes sindicatos y trabajadores de entidades comerciales, almacenes y otras instalaciones. Actualmente el pueblo continúa participando al apoyar las definiciones y adopción de medidas de controles por niveles superiores de dirección institucional. Han sido varias las posibilidades de participación incluida la presión popular ejercida por diversas vías para desarticular la red tejida.

 El gobierno cubano puso su parte; toca a todos involucrarnos en el cumplimiento de lo establecido y convertirlo en una concepción integral en la que el pueblo forme parte, tenga parte y tome parte. Entre todos podremos sacar, no solo la cola del escenario cubano, sino su trasfondo: la corrupción y las ilegalidades; que laceran y carcomen.

 

La sicóloga Nidia Pérez asume que es un fenómeno anormal.

“La población apoya, es una cuestión moral, un fenómeno anormal este que ha acontecido, un medio de vida el que se ha gestado especulando con la necesidad del pueblo”, expresó la master en psicología Nidia Pérez García, mientras Nélida Ester Álvarez García, presidenta de la Asociación de Comunicadores Sociales del territorio, insistió en la valía de hacer una comunicación inteligente en la que medie la verdad y la oportunidad, con coherencia e integralidad, para impedir manipulaciones.

 

Nélida Álvarez apuesta por la absoluta coherencia en la comunicación.

Sin duda, con las medidas adoptadas todas ganamos, se impone neutralizar esta modalidad y participar en esa neutralización de manera consciente y activa. No puede imperar la triste consigna de “sálvese quien pueda”; lo que debe salvarse es el orden impuesto y la organización eficiente del comercio minorista cubano.

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