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Cuando el anonimato tiene un solo fin

Jorge Luis González siente que él y su colectivo constituyen un eslabón importante dentro de BioCubaFarma, Organización Superior de Dirección Empresarial (Osde), que tiene a su cargo la investigación, producción y distribución de medicamentos y otros recursos esenciales que se emplean para combatir la COVID-19.

La cocina centralizada labora los 365 días del año. La calidad de la alimentación distingue a este colectivo. Detrás, el administrador Jorge Luis González. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

El administrador de la llamada cocina centralizada (una de las tres que garantizan desayuno, merienda, almuerzo y comida a los trabajadores de esta Osde), considera que es parte del sector de la biotecnología, aun cuando no labore en un centro de investigación o participe en alguna línea de producción.

Vive orgulloso de sus 22 obreros, quienes son capaces, en turnos escalonados, de preparar raciones de comida para cerca de 3 mil personas. Está consciente de que una alimentación de calidad resulta imprescindible para mantener los ritmos productivos con las medidas de seguridad requeridas.

La cocina centralizada forma parte de un conjunto de entidades (disímiles incluso por las actividades que desarrollan) que integran la Empresa de Servicios Generales (Servigen) perteneciente a BioCubaFarma, una “solución confiable a sus demandas”, tal y como señala el eslogan de la empresa.

Carlos Manuel Comptiz Cruz, director general de Servigen, tuvo el privilegio de haber intercambiado en más de una ocasión con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a quien se debe el nacimiento y desarrollo de la biotecnología en el país. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

El máster Carlos Manuel Comptiz Cruz, director general de Servigen* hace más de 20 años, explicó que la entidad la conforman seis unidades empresariales de base con un amplio objeto social: alimentación, transporte de pasajeros y de carga; reparación y mantenimiento de equipos automotores; construcción y mantenimiento; confecciones textiles; diseño gráfico; lavandería y tintorería; así como servicios generales de logística, limpieza, jardinería, seguridad y protección, entre otros.

Para Comptiz constituye una satisfacción dirigir una entidad de este tipo, que lo mismo participa en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología en la construcción de una planta para la producción de péptidos o en la reparación y mantenimiento constructivo de la Empresa de Sueros y Productos Hemoderivados Adalberto Pesant González, por solo mencionar dos ejemplos de los más recientes.

En su quehacer Servigen cuenta como promedio con mil 200 trabajadores —hoy los que pasan de 60 años se mantienen en sus hogares—, quienes saben que laboran en aras de mantener los indicadores de salud alcanzados por la Revolución.

“Nuestra empresa es vital para las actividades de la biotecnología —expresó Comptiz—, son servicios anónimos que se prestan durante los 365 días del año. Podemos dejar de hacer un modelo en la imprenta, de fabricar un mueble, pero la alimentación, la hora de entrada y de salida de los centros, las construcciones, el movimiento de las materias primas, esas son tareas sagradas.

“Ahora mismo, en nuestro taller de confecciones se han hecho con gran esfuerzo los nasobucos para los trabajadores. Allí también se elaboran batas sanitarias, ropa y paños de laboratorio, artículos esenciales en todos los tiempos”.

*La entidad tiene sus antecedentes en la Empresa de Producciones Varias (Emprova), que fuera creada por Celia Sánchez Manduley en 1974, denominación que cambió en el 2013 al integrarse a BioCubaFarma.

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