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@En Redes: Reflexiones de un padre

Entre el deber y el miedo: ¿Qué hacer cuando tu hija sale cada mañana a las pesquisas casa a casa? ¿Qué sentir cuando la ves tan dispuesta y hermosa, enfundada en su bata blanca de médico y su nasobuco puesto, cual trampa salvadora entre el terrible virus y la vida?

¿Qué pensar cuando tu yerno anestesiólogo abandona a diario la seguridad del hogar para enfrentar lo incierto en un salón de operaciones?

Y ¿cómo reaccionar cuándo llegan esos otros, con sus trajes verdes, casi de cosmonautas, a llevarse a tu yerno para un centro de aislamiento porque su team médico tuvo contacto directo con un paciente positivo a la COVID-19?

¿Pueden describirse los sentimientos que afloran? ¿Esos que ponen la carne de gallina y hacen que invoques a todos los santos para que vengan con su ayuda salvadora. ¿Tú, que no has sido devoto nunca?

Latente queda la opresión en el pecho, como la de una desgracia muy grande. Pero aflora también el orgullo por tus seres queridos, pues sabes que forman parte de ese ejército de valientes que están tratando de salvar al planeta.

Termina la mañana y regresa la hija cansada a la casa. Ha caminado cuadras y cuadras. La madre le obliga a quitarse rápido la ropa y lavarse bien las manos. Luego espera por el café revitalizador para reponer fuerzas.

Aún resta el resultado de la prueba al yerno. Estamos confiados que sea negativa y el anestesiólogo de la familia pueda retornar a casa y reincorporarse al trabajo.

Nos movemos entre deber y el miedo, pero impera la convicción de ayudar al prójimo. Al final, también el padre sale cada día a la calle a cumplir con su trabajo. Y ese mismo miedo, esa misma preocupación, quedan en la esposa, la hija y el yerno.

(Tomado del Facebook Narciso Fernández Ramírez)

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