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Jornadas de consagración

Por: Magalys Chaviano Álvarez y Ramón Barreras Ferrán

Por fuerza mayor, el Hotel Deportivo, de la ciudad de Cienfuegos, cambió su rutina y ahora es un centro de aislamiento para viajeros que arriben al país, quienes deben permanecer en cuarentena por 14 días.

Los alimentos son garantizados en los horarios establecidos y con la calidad requerida. Foto: Juan Carlos Dorado

“Son los mismos trabajadores. Les consultamos si estaban dispuestos a quedarse y explicamos cuál era la magnitud de su nueva tarea, y la mayoría aceptó, excepto dos o tres que por razones de edad y enfermedad no debían. Con ellos contamos para echar adelante y no dejar que el contagio trasponga las puertas de una instalación, que si bien se concibió con otros fines, hoy es fundamental para no dejar brecha posible a que la población sana se contagie con la COVID-19”, comentó Norge González Enríquez, director de Deportes en esa provincia.

“Los viajeros que llegan al centro son personas sanas. Cada 12 horas les tomamos los signos vitales. Mantenemos una vigilancia epidemiológica y de enfermería constante. Estamos atentos a la aparición de cualquier síntoma respiratorio. No pueden salir de sus habitaciones a nada, ni tener contacto con trabajadores o familiares. Allí reciben sus alimentos: desayuno, meriendas, almuerzo y comida”, explicó la doctora Lizette Rodríguez Fernández, especialista en Epidemiología.

El doctor Oscar Martínez Cruz, responsabilizado con la asistencia médica, precisó que siguen al pie de la letra el protocolo establecido. Este es un centro adaptado y asumimos las funciones que se vayan presentando en la práctica diaria, pero estamos preparados para organizar la dinámica y que todo funcione bien”.

Quienes pasan la cuarentena tienen un régimen alimentario normal, a partir de que no son personas enfermas, sino que se les está cuidando su salud.

Raisa Bernia Bello, jefa de cocina-restaurante, señaló: “Estamos haciendo lo que nos toca. La calidad de la alimentación es buena. Recibimos capacitación en Higiene y Epidemiología. Nunca olvidaremos esta experiencia: cuando todo pase seremos más fuertes y mejores seres humanos”.

Dainiel Paz Bermúdez, estudiante de quinto año de licenciatura en Epidemiología, afirmó: “Este será, sin duda, mi mejor aprendizaje. Por eso solicité me tuvieran en cuenta y aquí estoy. Superviso los alimentos que se les da a los aislados, desde la higiene en su preparación, la inocuidad, el fregado, la desinfección, cada aspecto que tiene que ver con la cocina. Pongo en práctica los conocimientos que he aprendido, Me siento útil. Acá todos estamos protegidos y cuidados y vamos a cumplir con lo encomendado. Esta pandemia concientizará más a las personas. Creo que en lo adelante todos seremos más responsables”.

Y así es la disposición de las personas que allí pasan ahora las noches y sus días en plena consagración.

Quienes cumplen el período de aislamiento establecido han manifestado sentirse conformes con las condiciones creadas y la atención, y agradecidos de la protección brindada.

El centro es como un remanso. Todo está limpio. Predomina el olor del cloro y los desinfectantes. Siempre hay silencio y tranquilidad. Más temprano que tarde regresarán los deportistas, y a los sospechosos a causa del nuevo coronavirus solo les quedará el recuerdo y el sentimiento de no haber estado desprotegidos en un momento tan difícil.

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