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Del Plan numérico, al esfuerzo real

El proceso de presentación e información a los trabajadores cubanos del Plan y el Presupuesto para el 2020 está convocado a trasformar lo que ahora son cifras frías, en bienes y servicios que muevan hacia adelante la economía nacional con repercusión directa en el contexto familiar.

 

Las asambleas tienen el reto de despojarse del estigma del reunionismo banal, del compromiso de cumplir un cronograma y de recitar lemas reiterativos que en ocasiones terminan en el saco de las promesas incumplidas.

 

Ese espíritu de salir adelante, esas ideas para convertir números en comida, zapatos, piezas de repuesto, calidad de la atención médica o de la formación educacional del porvenir, deben escucharse en cada una de las 2 mil 591 asambleas de afiliados y 126 de representantes que se realizarán en Sancti Spíritus con la participación de más de 102 mil trabajadores.

 

Para Eduardo Batista las ideas que surjan de los colectivos laborales serán determinantes para cumplir los planes previstos para el 2020. Foto: Yuleiky Obregón.

Eduardo Batista, miembro del secretariado provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en el territorio, encargado de la esfera de Asuntos Económicos, dijo que “fundamentalmente se va a discutir sobre la sustitución de importaciones y los encadenamientos productivos; la manera en que las empresas pueden abrirse a mercados foráneos; las trabas que entorpecen el desarrollo eficiente de algunas entidades; el nuevo sistema de pago y por supuesto, el ahorro de recursos”.

 

¿Cómo será el debate en aquellos colectivos que no dispongan de materias primas y presenten un proceso de interrupción laboral?

 

En ese caso, la reunión debe estar organizada de manera tal que los trabajadores expongan ideas de cómo afrontar el plan. El sector industrial es el más propenso a las interrupciones, sobre todo aquellos que dependen de materias primas adquiridas en el extranjero. Estas asambleas abren un espacio para encontrar soluciones que puedan palear esa situación. Aunque sea mínimo, todas las entidades tienen un plan, y cuando los recursos son poquitos tienen que utilizarlos eficientemente.

Los trabajadores están convocados a ser creativos y a buscar alternativas para producir bienes y servicios. Esa es una forma también de defender su salario.

 

¿Qué posibilidad real tienen de insertar esas ideas en el plan?

 

El plan está aprobado y la economía va hacer muy variable por el déficit de los recursos. Es responsabilidad de las empresas, los grupos y las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial determinar cómo implementar alternativas, que pueden estar referidas a un nuevo producto, otro cliente y hasta una modificación provisional de su objeto social.

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