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Empresa de Astilleros, un caso de descontrol y malas prácticas

Por Pedro Rioseco

A partir de los resultados de la investigación especial de una denuncia anónima recibida en la Contraloría General de la República contra la Empresa de Astilleros (ENA), subordinada al Grupo Empresarial Marítimo Portuario (Gemar) atendido por el Ministerio de Transporte, se ejecutó por la Unidad Central de Auditoría Interna (Ucai) de ese organismo una Auditoría de Cumplimiento en esa entidad.

Foto: Heriberto González Brito

La auditoría realizada evaluó de Malo el control interno implementado para los recursos que administraba, fundamentalmente en bebidas alcohólicas, evidenciándose prácticas nocivas mantenidas durante años, que propiciaron la ocurrencia de presuntos hechos delictivos.

El informe final de la investigación especial y de la realizada por la Ucai del Ministerio de Transporte coinciden en comprobar el alto volumen de compra de bebidas alcohólicas en el período comprendido entre enero del 2018 y marzo del 2019 para su posterior venta a trabajadores y a otras entidades, muchas veces sin trazabilidad y respaldo documental que demuestren el destino final de esos recursos.

Violaron así su objeto social aprobado de brindar servicios de recreación con gastronomía y las licencias comerciales autorizadas para la prestación de servicios en el centro recreativo La Gaviota, de la unidad empresarial básica (UEB) CEVRAL subordinada a la empresa, documentándose un presunto hecho delictivo.

Rones, vinos, cervezas, vodka, tequila y otras bebidas, compradas en pesos cubanos convertibles (CUC) o con un componente en divisas, fueron vendidas por la ENA en moneda nacional (CUP) a trabajadores mediante un módulo entregado en 47 ocasiones entre enero del 2018 y marzo del 2019, con un promedio de 10,5 unidades de bebida mensual por persona para un total de 76 mil 963 unidades, así como ventas realizadas a otras entidades, lo cual ocasionó significativos daños económicos al país.

Además de la violación del objeto social de la empresa, resulta un hecho agravante que las ventas de bebidas alcohólicas fueron registradas indebidamente como ingresos de la actividad fundamental, impactando significativamente en el cumplimiento del Plan de Ventas y por consiguiente en el pago de salario por resultados a los trabajadores.

En los 15 meses auditados se pagó salario por resultados por más de 953 mil pesos, pero al descontar el importe de las bebidas alcohólicas comercializadas y cargadas indebidamente a ventas, el valor que correspondería realmente pagar era de unos 242 mil CUP, lo cual determinó un pago indebido de 711 mil pesos, que constituye un daño económico a la entidad y un presunto hecho delictivo.

Cabe agregar que las acciones ejecutadas comprobaron la falta de supervisión, alertas y controles administrativos y contables en almacenes, ante un volumen tan alto y sistemático de compras de bebidas por una empresa cuyo objeto social no era la comercialización de esos productos.

Con independencia de las medidas administrativas adoptadas con los 12 ejecutivos y trabajadores implicados en estos hechos y del proceso penal en curso, a criterio de autoridades de la Contraloría General de la República es necesario reflexionar en las causas que los propiciaron.

Como bien recordaba una auditora al conversar de este caso, lo primero que se incumplió es el principio establecido por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el concepto de Revolución de “cambiar todo lo que debe ser cambiado”, lo cual invalida la justificación de algún directivo de que esto venía desde hace años.

Otro hecho, agregan, que debe motivar una reflexión es que esta larga cadena de ilegalidades, descontrol y violación de normas sale a la luz por dos denuncias anónimas, sin que, con anterioridad, directivos, funcionarios, trabajadores u organizaciones, exigieran ponerles coto a esos hechos.

Significativo es también, apuntan, que se realizaban rebajas de precios en las bebidas alcohólicas ofertadas en el centro recreativo La Gaviota de esa entidad, para no alterar los indicadores de utilidad fijados por el Grupo Empresarial, distorsionando así la aplicación de las directivas del Ministerio de Economía y Planificación.

Se comprobó que los precios de venta de bebidas alcohólicas a los trabajadores oscilaban entre 40 y 70 pesos cubanos (CUP), en productos que se importan en Moneda Libremente Convertible o eran financiados en pesos convertibles (CUC) y tienen en la red minorista precios muy superiores,

La conclusión de la Dirección de Auditoría del Ministerio de Transporte resume las causas y condiciones que condujeron a estos hechos en: “Inobservancia de la legislación vigente; negligencia y falta de supervisión en la documentación y proceso de esta entidad; falta del debido cuidado profesional y deficiente revisión de la documentación primaria”.

A lo anterior añaden: “Debilidades en la identificación de los riesgos; deterioro de los valores éticos y morales que fueron distorsionando lo realmente aprobado para su actividad, y considerar durante muchos años la entrega de módulos de venta de bebidas como una práctica normal cometida y aprobada por los directivos de la entidad, alejados del noble propósito de garantizar a los trabajadores de la entidad un espacio para su disfrute y distracción”.

Otras deficiencias detectadas en la ENA, en particular en el tema del combustible y el transporte son similares a las encontradas en otras empresas, por lo cual las trataremos en otro artículo.

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