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Presentación del libro Diario de mi primer viaje, de Augusto Blanca

Fotos: Dahomy Darroman Sánchez

“Un diario, sí, pero no íntimo, ni concebido para el diálogo con uno mismo, o destinado a llevar al papel las experiencias privadas, los acontecimientos más personales, sino dirigido a un lector colectivo y concreto, mencionado en el texto con pelos y señales, no a un receptor ideal”.

Así describió la profesora y ensayista Margarita Mateo el volumen Diario de mi primer viaje. Alemania-Febrero, 1972, durante su presentación en el último Sábado del Libro del mes de noviembre, espacio que le fuera concedido al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau por el Instituto Cubano del Libro, a propósito del homenaje que esa obra realiza al medio milenio de fundación de La Habana.

Dedicado, además, a Eduardo Ramos, autor de los famosos temas Canción de los CDR (Comité de Defensa de la Revolución) y Su nombre es pueblo, popularizado por Sara González, así como a Eusebio Leal –“una persona que es La Habana”, al decir de Víctor Casaus, director de la institución– y, por último, también a los aniversarios 23 de fundación del Centro Pablo, 20 de Ediciones La Memoria y 21 del espacio A guitarra limpia; el libro narra la “primera experiencia geográfica extrainsular” del autor, Augusto Blanca, cuando integró la delegación cubana que participaría en el Tercer Festival de la Canción Política de Berlín, en la entonces República Democrática Alemana (RDA).

Blanca, originalmente uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova cubana y ahora devenido escritor, plasmó en una agenda, a pedido de su madre, las experiencias que compartió en su travesía con Ramos y Silvio Rodríguez, autor del prólogo.

La publicación de estas páginas fue financiada por el Fondo para el Desarrollo de la Educación y la Cultura y corrió a cargo de Ediciones Ojalá y La Memoria, un sello “cuyo trabajo editorial ya cuenta con más de 110 títulos en su haber dedicados a la memoria a través de la nueva trova, del testimonio, de las artes plásticas y de libros como el de Augusto”, comentó Casaus.

 

El autor musicalizó un texto de Eduardo Galeano perteneciente a El libro de los abrazos

“Escrito en una época de pobres posibilidades para la comunicación, casi epistolar, como una larga carta depositada en un sobre sin la imposible dirección del remitente donde aparecieron trazadas, con delicadeza, siglas ya anacrónicas en la era digital”, y que “con los dibujos, mapas y caricaturas se acerca por momentos al cómic, con sus juegos tipográficos y onomatopéyicos, el carácter episódico y su fuerte carga de humor”; Diario de… surge “desde la cotidianidad, el momento, el detalle” y en este “la frescura, la ingenuidad, la transparencia y el desenfado de las páginas revelan al niño y al poeta que el trovador siempre ha llevado consigo”, aseveró Mateo.

 

De izquierda a derecha: Víctor Casaus, Augusto Blanca y Margarita Mateo

 

 

 

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