Icono del sitio Trabajadores

Pelotón de la CTC-R: singular mandato del movimiento obrero

Ya muy cerca de cumplir 88 años de edad, Hugo González Aguilera considera el hecho más importante de su vida su inclusión en el Pelotón Militar de la CTC-R o Pelotón Escambray, como también se le denomina. Tal afirmación se sustenta en dos razones fundamentales: una, “haber sido seleccionado entre miles de delegados al XI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba-Revolucionaria (CTC-R), celebrado del 26 al 28 de noviembre de 1961, todos con condiciones para ello”, y “la otra, muy especial, es que Fidel aprobó la selección hecha por Carlos Fernández R, miembro de la dirección nacional de la organización sindical”, precisa.

Hugo sostiene que el Pelotón de la CTC-R y el de los Malagones, constituyen el símbolo sobre el cual descansa el poder revolucionario: la estrecha alianza obrero-campesina. Foto: René Pérez Massola

Esa tropa quedó integrada por 33 hombres y una mujer, en la noche del 28 de noviembre, a propuesta de los delegados, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz les comunicó el asesinato del alfabetizador Manuel Ascunce Domenech y de su alumno, el campesino Pedro Lantigua Ortega, por bandas de alzados en la región central del país. La unidad miliciana la  encabezaban Rogelio Iglesias Patiño, Pao, y Pedro Julio García Cepeda, como su segundo.

Los escogidos partieron en la noche del día 29 rumbo a Santa Clara, donde en horas de la mañana del 30 los recibió el Comandante Juan Almeida Bosque, jefe del Ejército del Centro, quien les explicó los pormenores de la situación existente con las bandas de alzados, y de la operación en gran escala emprendida contra estas. “Nos dijo que no podíamos subestimar al enemigo, y que había que luchar bien duro contra él, porque era pérfido, taimado y de naturaleza tan cruel como sus amos”, rememora Hugo.

Almeida los puso bajo el mando del legendario capitán Orlando Lorenzo Castro, Pineo, con la recomendación de situarlos en la primera línea de combate, y en horas de la tarde partieron hacia la zona de operaciones.

Hugo insiste en remarcar que ese pelotón obrero, segundo fundado personalmente por Fidel, y el campesino de los Malagones, también creado por él en 1959, constituyen el símbolo sobre el cual descansa el poder revolucionario: la estrecha alianza obrero-campesina.

Misiones a cumplir

La formación del Pelotón CTC-R por mandato de un congreso obrero, fue un hecho singular porque ni antes ni después hubo otro de similar característica. Además de participar en la persecución de la banda de Julio Carretero, autor del asesinato de Ascunce y Lantigua, esa tropa tenía la misión de divulgar los acuerdos y resoluciones del XI Congreso obrero en las zonas donde operara. Ambas fueron cumplidas.

El pelotón realizó acciones por más de dos semanas y aunque no participó directamente en la captura de la banda, desempeñó un importante papel en su acoso. A su regreso a la capital fue recibido por Lázaro Peña y Ursinio Rojas; el primero “nos dijo que habíamos surgido como una necesidad histórica del movimiento obrero, porque estábamos cumpliendo las indicaciones del Comandante en Jefe en cuanto a que la clase obrera tenía que luchar por la consecución del poder político”, concluye.

Compartir...
Salir de la versión móvil