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Rinde Díaz-Canel tributo a la historia del pueblo ruso (+ Fotos)

Por Leticia Martínez Hernández y René Tamayo León

SAN PETERSBURGO, Rusia.- La lluvia pertinaz que cala los huesos de cualquier caribeño, y las temperaturas que oscilan alrededor de los cinco grados (a veces hacia abajo; a veces poco hacía arriba), no contuvieron al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su encuentro con la historia rusa y soviética.

Díaz-Canel llegó a la Ciudad del Neva como parte de la gira que realiza por naciones europeas y su reciente participación en la 18.º Cumbre de los Países No Alineados en Bakú, Azerbaiyán. Seguirá hacia Moscú. Foto: Estudios Revolución

Llegó a la ciudad sobre la una de la tarde de este domingo (hora local) como parte de la gira que realiza por naciones europeas (Irlanda, Bielorrusia y ahora Rusia) y su reciente participación en la 18va Cumbre de los Países No Alienados en Bakú, Azerbaiyán. De aquí se dirigirá a Moscú, capital del gigante país euroasiático.

A su arribo al aeropuerto de San Petersburgo, lo esperaba Evgeniy Grigoriev, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del gobierno local. También lo recibieron los dirigentes cubanos Ricardo Cabrisas Ruíz, vicepresidente del Consejo de Ministros; Raúl García Barreiro, ministro de Energía y Minas, y el embajador Gerardo Peñalver Portal.

En el avión de Cubana procedente de la capital azerí llegaron junto al Jefe de Estado, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla y el titular de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz.

“¡Viva la amistad entre Cuba y Rusia! ¡Venceremos!”, escribió el Presidente cubano en el libro de visitas del cementerio de Piskariovskoye, donde descansan los restos de 490 mil ciudadanos que perecieron en el cerco nazi y la defensa de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. 70 mil eran soldados, y 420 mil civiles, gente de pueblo que el bloqueo genocida mató. Foto: Estudios Revolución

Sin casi apenas «sacudirse la lluvia», el estadista se dirigió hacia el cementerio de Piskaviovskoye —a poco más de 20 kilómetros de la ciudad—, donde se honran los restos de casi 500 mil personas —soldados y civiles— que murieron durante el cerco nazi fascista y la defensa de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial.

Díaz-Canel depositó una ofrenda floral frente al monumento que recuerda a los héroes y mártires de la Gran Guerra Patria (1941-1945) en esta ciudad, tras lo cual un destacamento de ceremonia de las fuerzas armadas rusas hizo un pase de revista frente al mandatario.

«Resulta realmente conmovedora la visita al museo Memorial de la Defensa y el Asedio a Leningrado», escribió el presidente antillano en el libro de visitantes, donde recordó que durante los 900 días de asedio nazi (desde septiembre de 1941 hasta enero de 1944) más de 700 mil personas murieron. Pero «la ciudad nunca se rindió», recordaba.

«El papel que jugó la Ciudad Héroe de Leningrado durante la Gran Guerra Patria constituye un vivo ejemplo de resistencia y defensa de la tierra querida. Son hechos que no deben olvidarse para evitar que se vuelvan repetir tan trágicos acontecimientos».

Así continuaba el mandatario en su texto homenaje; y añadía: «No olvidamos que junto a los leningradenses también combatió el joven cubano Aldo Vigó Laurenti, quien derramó su heroica sangre en pleno bloqueo a Leningrado.

«Hoy los tiempos que corren son convulsos y de incertidumbre ante la escalada agresiva del imperio yanqui. Inspirados en esta historia común, los pueblos cubano y ruso continuarán defendiendo la independencia, la soberanía y el derecho a la autodeterminación».

Al recordar que el próximo año se conmemorará el 75 aniversario de la victoria sobre el fascismo, Cuba también estará «rindiendo homenaje al heroico pueblo ruso, y en particular a los leningradenses heroicos», escribió también.

“Cada vez que un cubano visita el Crucero Aurora señala que el yate Granma fue su par para la Revolución Cubana”, le comentaron a Díaz-Canel los oficiales de la marina rusa a cargo del museo naval. Foto: Estudios Revolución

El Presidente cubano visitó a continuación el Crucero Aurora, conservado como buque museo, y uno de los íconos de la Revolución de Octubre de 1917.

El 25 de octubre de aquel año según el calendario juliano (hoy corresponde al 7 de noviembre en el calendario Gregoriano), a las 9:45 de la noche, el disparo de su cañón de popa fue la señal para iniciar el asalto al Palacio de Invierno por los revolucionarios rusos, y en el que participaron marineros del navío.

Conducido por guías de la marina rusa, a cuyo cargo está la histórica nave, Díaz-Canel recorrió —siempre bajo la lluvia— la cubierta de la embarcación y su interior, donde vio los camarotes y supo de la vida cotidiana de la marinería.

Al llegar junto a una réplica del yate Granma que custodia el museo, y que fue un regalo de Fidel, los guías rusos le explicaron que cada vez que un cubano visita el Crucero, dicen que el Granma fue para la Revolución Cubana, lo mismo que el Aurora para la Revolución Bolchevique.

El mandatario caribeño visitó el Museo de Arte Ermitage —uno de los más importantes del mundo por las vastas y emblemáticas colecciones que atesora—, consciente de que cada momento debe servir para cultivar el espíritu, porque la cultura es vital para ser realmente buenos seres humanos. Foto: Estudios Revolución

El mandatario isleño también recorrió el museo de Arte Ermitage, uno de los más importantes del mundo. En la jornada de este lunes, entre otras actividades, Díaz-Canel sostendrá encuentros con personalidades del gobierno y el legislativo de San Petersburgo.

La visita de trabajo continuará en Moscú, donde están previstas sesiones y encuentros con las principales autoridades del país, como continuidad de una intensa agenda de intercambios al más alto nivel, incluida la visita de Díaz-Canel a Moscú en noviembre de 2018 y la de Dmitri Medvédev a La Habana hace pocos días atrás.

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