Lima.- Desde que Jorge Félix Álvarez llegó al equipo nacional no escondió su admiración por Leuris Pupo. Era el pistolero más rápido, el de mayor palmarés, el más constante, el campeón centroamericano, panamericano y olímpico. Este 1 de agosto del 2019 el holguinero fue el primer en felicitar a Jorge Félix y fundirse en un abrazo tras su título continental y la clasificación olímpica. De campeón a campeón había sido el duelo y la victoria para Cuba.
Tras par de jornadas clasificatorias, los dos antillanos se ganaron el derecho a una final en la que tres países coparon las seis plazas: Estados Unidos, Perú y Cuba. Como detalle curioso, cuatro de los” francotiradores deportivos” son entrenados por el mismo hombre: Meinardo Torres, el hombre callado, pero imprescindible ya cuando se hable de los triunfos del tiro deportivo nacional en la última década.
El sexteto llegó a la línea de fuego en un orden intencionado. Pupo sería el primero en tirar por el A Y Jorge Félix por el F. Vestidos ambos con enguatadas azules para protegerse de una frialdad incómoda hasta para tirar al blanco, el último saludo de ambos llevó una frase común entre ellos: “Suerte, éxitos, todo por Cuba”.
Leuris empezó discreto con tres dianas, pero nunca perdió la punta de la prueba; Jorge Félix se lamentó de las dos primeras series con apenas cuatro puntos. Sin embargo, poco a poco se fue adueñando del escenario y de los aplausos de más de 300 personas en el Polígono Las Palmas, pues resultó el único con tres tiradas perfectas: “Blanco, blanco, blanco, blanco y blanco”, gritábamos casi todos al sonido de los cinco disparos en los cuatro segundos reglamentarios.
Eliminados los estadounidenses Keith Sanderson (5to lugar olímpico) y Jack Leverett y el tirador local Kevin Altamirano, el podio era para todos los alumnos de Meinardo, quienes de paso ganaban los dos boletos hacia Tokyo 2020, pues ya Pupo lo tenía en su bolsillo desde meses atrás. Cuando restaban las dos series decisivas la pantalla gigante marcó empate entre los nuestros:19 a 19.
El titular olímpico de Londres 2012 afinó la puntería y sacó cuatro ases, a lo que respondió su compañero con perfección: cinco ases. Era cuestión de tiempo la dorada para nuestra delegación. Ya se sabían duelos del duelo final y desde las líneas de fuego se saludaron con la mano levantada. Quedaban apenas cinco disparos para definir el monarca. Pupo lo había sido en 2003 y 2007, Jorge Félix lo acariciaba por primera vez.
Última ronda. Los nervios parecían inmutables, repasaron los ejercicios de precisión y a pesar del ambiente de aliento en las tribunas, pudieron concentrarse. Pupo siguió estable, pero Jorge Félix estaba iluminado en su día. Tres dianas para el más estable y famoso de nuestros pistoleros. Cuatro para el nuevo campeón y estallaron las alegrías, otro abrazo y las confesiones.
“Cuando vi que tenía la clasificación olímpica bajé la tensión. Ya no importaba si ganaba yo o ganaba Pupo. Desde hace mucho tiempo, nos veníamos preparando para esta competencia. Agradezco el apoyo del INDER, de mis amigos y de mi familia”, declaró Jorge Félix antes de recibir una llamada personal del titular deportivo de la Isla.
“Por supuesto, esta medalla se la dedico a mi gente del Cotorro, pero no puedo dejar de mencionar a mi entrenador y muy especial a Pupo, que me ha ayudado mucho desde que me inicié y es mi referencia en el tiro. Que haya ganado Cuba era lo más importante. Los nervios pude controlarlos solo cuando me sentí con el boleto olímpico”, comentó más adelante.
“Han sido unos Juegos de mucho nivel y la excelente preparación de 4 meses que hicimos aquí ha rendido sus frutos. Ahora es él, mañana podrá ser yo, pero sobre cumplimos el pronóstico y todavía nos quedan opciones”, cerró el breve diálogo Pupo.
De campeón a campeón, ha sido el mejor cierre reformulado para quienes pistola en mano pueden decir que son los “sheriff del deporte en América”.
