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Tolerancia cero frente a la trata de personas

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, afirmó este martes que el país caribeño defiende una política de tolerancia cero frente a la trata de personas.

Foto: UNODC

En el Día Mundial contra ese flagelo, el Titular de Relaciones Exteriores manifestó en su cuenta en Twitter que Cuba mantiene también un desempeño ejemplar en la prevención, enfrentamiento y respuesta a la problemática.

A propósito de la fecha y debido a su importancia, Trabajadores comparte un grupo de preguntas y respuestas, publicadas en el 2017 en la sección de Internacionales y basadas en documentos de la Organización de Naciones Unidas sobre el tema.

 

¿Qué es la trata de personas?

La ONU la define como la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, al recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación.

 

¿A qué tipo de explotación se refiere lo anterior?

A la prostitución ajena u otras formas de aprovechamiento sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a ella, la servidumbre o la extracción de órganos.

 

¿Cuál es la diferencia entre trata de personas y tráfico de migrantes?

Ambos fenómenos pueden estar relacionados, pero son distintos. En contraste con el concepto anterior, por tráfico de migrantes se entiende la facilitación de un cruce de fronteras sin cumplir los requisitos legales o administrativos con el propósito de obtener directa o indirectamente un beneficio financiero u otro de orden material.

No todo tráfico de migrantes implica necesariamente trata de personas, ni todos los casos de trata significan tráfico de migrantes. La traducción del inglés tiende a confundir. “Trafficking” debe traducirse como “trata” (explotación forzada), mientras “smuggling” debe traducirse como “tráfico” (contrabando o transporte ilegal).

 

¿Cómo opera la trata de personas?

Fase 1 (Enganche): El tratante recluta a la víctima de forma indirecta mediante anuncios en medios impresos, contactos por internet, referencias de familiares o conocidos, supuestas oportunidades de empleo, agencias de reclutamiento, ofrecimiento de cursos, agencias de viajes, escuelas, cantinas, manipulación sentimental a través del noviazgo o matrimonio, entre otros. Es decir, en todos estos casos, el reclutamiento depende parcial o totalmente del uso del engaño, aunque también existen situaciones en las que se les secuestra o se les fuerza a través de la violación y el sometimiento.

Fase 2 (Traslado): Una vez reclutada la víctima, habrá de ser trasladada al lugar de destino donde será explotada. Esto puede ser a otro punto dentro del mismo país (por ejemplo de una zona rural a una ciudad, lo que se conoce como trata interna) o a otro país.

Fase 3 (Explotación): Las formas y mecanismos de explotación son diversos: laboral, sexual, falsas adopciones, servidumbre, reclutamiento militar ilegal o forzoso, tráfico de órganos y prácticas esclavistas.

 

¿Quiénes son los tratantes?

La trata de personas se realiza principalmente por grupos de delincuencia organizada. Algunas veces son pequeños y aislados, pero en otras se construyen redes o proceden de estructuras familiares organizadas. Además, en muchos casos, las organizaciones criminales no se dedican solo a este delito, sino que establecen vínculos con otras actividades ilícitas como el tráfico de migrantes, armas y de drogas.

Los tratantes y sus víctimas con frecuencia proceden del mismo lugar, hablan igual idioma y comparten el grupo étnico. La mayoría son hombres, aunque el número de mujeres involucradas en este crimen va en aumento en los últimos años.

 

¿Quiénes son las víctimas más comunes?

Aproximadamente el 72 % de las víctimas detectadas son mujeres y niñas, y el porcentaje de niños que sufren este delito se ha duplicado con creces entre 2004 y 2016, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

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