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Comando Sur despliega tropas en Latinoamérica

Bajo el pretexto de entregar ayuda humanitaria y responder a situaciones de emergencia el Comando Sur de Estados Unidos enviará a 300 efectivos de la Marina a Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador y Colombia.

 

“La misión es desarrollar la capacidad de los aliados a través de proyectos de capacitación e ingeniería, y mantener una fuerza flexible y receptiva que pueda conducir rápidamente la asistencia humanitaria y responder en casos de desastre en la región, en caso de un desastre o emergencia”, dijo un comunicado del Comando Sur.

El pronunciamiento no esconde que con ello el Pentágono fortalece el emplazamiento de una fuerza especial y mejora la capacidad de respuesta militar en la zona. Llama la atención que el envío de uniformados ocurre en momentos de tensión con México, al que el presidente Donald Trump castiga por la política hacia los migrantes que desarrolla de manera soberana el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Trump impone castigos económicos a su vecino del sur, pero hace oídos sordos al plan que López Obrador le presentó desde antes de asumir la presidencia en aras de promover el desarrollo económico y social en países centroamericanos, principales emisores de los migrantes que buscan la frontera estadounidense.

Según el mandatario mexicano, se trata de atajar las causas de la emigración masiva, léase la pobreza y la violencia, entre otras razones, por las que miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños ingresan a su territorio con la brújula apuntando al norte.

Washington prioriza el despliegue militar pese a que México dio por fracasada la llamada Iniciativa Mérida, que Estados Unidos impuso bajo razones de seguridad para combatir el narcotráfico con la intervención del Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia, la Agencia Antidrogas (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones, entre otras dependencias.

El también llamado Plan Mérida fue activado en abril de 2008 por el entonces presidente George Bush, pero en esos años crecieron los índices de pobreza, marginación, violencia y otros flagelos en varios de los países involucrados en el programa.

Tales problemas no se solucionan con marines yanquis ni «ayudas humanitarias»; tampoco con aranceles a las exportaciones de México, país que recibe una oleada de migrantes que Trump pretende contener con un muro en la frontera de más de tres mil kilómetros.

Las tropas del Comando Sur irán también a Colombia, nación que comparte frontera con Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, dispuso la apertura de los puestos fronterizos en el Táchira.

Frescos están los incidentes, bajo el pretexto de enviar ayuda humanitaria que ocurrieron en Cúcuta, limítrofe con Venezuela, que elevaron la tensión entre ambas naciones sudamericanas.

La presencia de militares estadounidenses en la zona pudiera ser parte de toda una trama para escalar las agresiones contra la patria de Bolívar, a despecho del compromiso que declaró a América Latina y el Caribe como zona de paz, firmado por los jefes de Estado  y de Gobierno en la II Cumbre de la Celac, celebrada en enero de 2014, en La Habana.

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