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Salvador Wood, su extraordinario legado artístico y moral

Por Fernando Rodríguez Sosa

«A esta profesión se llega por vocación. Lo que distingue a un buen profesional es el amor a lo que se hace. En mi profesión creo en una cosa por encima de todo, y es la sinceridad. Un actor, con toda la teoría que posea, con todos los grandes maestros que le hayan enseñado, si no posee un concepto de la sinceridad, el trabajo no tiene sentido».

Foto: Yander Zamora

 

Con tan elocuentes palabras definía el actor Salvador Wood –quien acaba de fallecer, en La Habana, a los 90 años de edad— la profesión que, durante décadas, desempeñó en la radio, el teatro, la televisión y el cine, para así quedar no solo en la memoria agradecida de varias generaciones, sino también en la propia historia de la cultura cubana de entre siglos.

Nacido en Santiago de Cuba, el 24 de noviembre de 1928, Salvador Wood, de formación autodidacta, se inició, en 1943, en la radio; dos años más tarde, llegaba al teatro; en 1952, ya en la capital de la isla, se vinculaba a la televisión; mientras que, a partir de 1957, se integraba al cine, aunque sus actuaciones memorables serían mucho después, con filmes como La muerte de un burócrata (1966) y El brigadista (1977).

No sería justo evocar el  legado de Salvador Wood a la cultura cubana de su tiempo y del tiempo futuro, sin recordar los firmes principios que guiaron su acción, en defensa de la libertad, independencia y soberanía de la patria, desde los días de la lucha contra la tiranía batistiana hasta sus batallas, luego de la victoria de 1959, a favor de la salvaguarda del arte y la cultura dentro de la Revolución.

El Premio Nacional de Televisión, el Premio Nacional de Radio, la Distinción Por la Cultura Nacional, la Medalla Conmemorativa 30 y 40 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba son algunos de los numerosos reconocimientos que avalan el quehacer de este hombre que ha recibido, por su arte y por su vida, la admiración y el respeto de todos los cubanos.

«Pocas veces se ha dado en la cultura cubana –comentaba el intelectual Abel Prieto al referirse a este artista— una fusión tan perfecta del más alto y brillante talento junto a una conducta ejemplar como ciudadano y principios y valores realmente admirables». Salvador Wood –concluía— es dueño de un «extraordinario legado artístico y moral, de raíz hondamente martiana y fidelista».

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