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La enfermería: profesión de honor

Se les distingue por el blanco impecable  de sus uniformes, también por la sonrisa suave que casi siempre los acompaña o por aquella espléndida de las ocasiones más felices, pero siempre con el rostro, amable y  sereno capaz de consolar temores, alertar padecimientos, curar, sanar, prevenir… Salvar vidas.

Carín, enfermera que durante más de 30 años ha laborado en el Hospital Materno Mariana Grajales, de Santa Clara. Foto: Lourdes Rey Veitia

Ellos, enfermeras y enfermeros, personas tan cercanas al paciente, que por abrazar la pena y dolor  de los demás se hacen absolutamente necesarios, celebran su día el 12 de mayo.

La provincia de Villa Clara por los resultados sostenidos y relevantes en esta esfera resultó la sede nacional por la efeméride. Durante esta jornada fueron  estimulados profesionales destacados, así como aquellos que sobresalen en las tareas sindicales;  además  se realizaron visitas a lugares históricos  como el Complejo Escultórico Ernesto Guevara, actividades docentes, científicas, entre otras.

Las enfermeras del materno

 Le dicen Carín, por aquello de simplificar con cariño Caridad, su nombre, el exacto para definir sus cualidades, porque hacer el bien por los demás es su sentido del deber desde que decidió dedicarse a esta profesión.

Por apellidos lleva Ríos García,  licenciada en Enfermería, máster en  Atención Integral a la Mujer, jefa de la sala de cuidados especiales del Hospital  Docente Gineco-Obstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara, una mujer que de solo mirarla se sabe que lleva la enfermería  en las entrañas.

Carín tiene muchas historias que contar en sus más de tres décadas al lado del paciente y el cumplimiento de misiones internacionalistas. Habla con orgullo de las madrugadas en espera de un bebé,  porque este ha sido su único centro laboral, entre otras. Pero el recuerdo de aquella en que hizo sola un parto durante una guardia, por la sorpresa del evento que no dio tiempo llamar a otros profesionales, y tener la satisfacción de que aquella niña se llama Caridad y es hoy enfermera, la marcó para siempre.

A Marisela Hernández se  le ve agenciosa, dirigiendo los 348 enfermeros del centro, es la jefa de enfermería de la institución. Recorre las salas, está atenta a la esterilización, recibe a los estudiantes, revisa los medicamentos, participa en el pase de visita, mantiene un seguimiento estricto de cada una de las áreas.

Alina Martínez Hernández, además de sus funciones como profesional es la secretaria de la sección sindical, a esta labor le dedica tiempo para representar a los trabajadores, convocarlos a diferentes tareas,  etc. A su vez Arlet Rojo López, es tan joven que dice estar en un proceso de aprendizaje en el que  Carín, Marisela y Alina,  son el ejemplos, el modelo de entrega y humanismo que desea  ser.

Hospital de todas

Antes del triunfo revolucionario el inmueble estaba a punto de concluir ejecutado por el gobierno del dictador Fulgencio Batista, el primero de enero de 1962 se unifican los dos hospitales maternos  de Santa Clara en el actual edificio (Maternidad Obrera y Lutgarda Morales) y se les da el nombre de Maternidad Provincial Mariana Grajales;  con posterioridad adquiere la categoría de hospital docente.

La enfermería una profesión de honor. Foto: Lourdes Rey Veitía

Este  centro docente-asistencial con atención Gienco-Obstétrica y  de Neonatología, amigo del niño y la niña y de la madre, de excelencia investigativa, formador de profesionales, exhibe hasta abril una tasa de mortalidad infantil de 2.0 por cada mil nacidos vivos y cero materna.

La asistencia  gineco-obstétrica en Villa Clara  creció y se fortaleció en estos años de Revolución, los datos hablan por sí solos, la diversidad de sus servicios entre los que se encuentran consultas de infertilidad, genética, rayos X, ultrasonidos, cuidados especiales, quirúrgicos, protocolos de atención a la mujer de la más  alta calidad de forma gratuita y al alcance de todas; lo han convertido en el hospital de la mujer villaclareña,  desde donde crece la vida.

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