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El estanco de la torula

Hace alrededor de un mes que los 31 trabajadores de la planta de torula, adscripta a la unidad empresarial de base (UEB) Derivados Antonio Guiteras, están interruptos como consecuencia del abarrotamiento de los recipientes por la no extracción oportuna de las producciones. Desde el pasado día 19 están en sus casas totalmente inactivos.

Emilio Pérez Aballe, jefe del grupo Comercial de Tecnoazúcar en Las Tunas, confía en la casi inmediata solución del problema. Foto: Ángel Chimeno Pérez

La fábrica, ubicada en las inmediaciones del coloso homónimo en el tunero municipio de Puerto Padre, realiza sus ventas a Tecnoazúcar, entidad encargada de proveer de este producto en crema a la planta de alimento ensilado del central camagüeyano Batalla de las Guásimas.

Emilio Pérez Aballe, jefe del grupo Comercial de Tecnoazúcar en Las Tunas, reconoce que ese es un problema desde el año pasado, a raíz de la decisión de mover hacia la transportación de lodos para las refinerías del país, algo también necesario, dos bitrenes de 30 toneladas cada uno, basificados hasta ese momento en Maniabón, Puerto Padre. En esos bitrenes trasladaban este suplemento alimentario para cerdos hacia su destino final, pero desde entonces perdieron la capacidad para atender la demanda.

Esa es, a mi juicio, la causa objetiva del fiasco, y parece una razón de fuerza mayor, pero ni vence ni convence al colectivo laboral, y no resiste el más mínimo análisis con cordura. Esos trabajadores han denunciado la afrenta sin que la solución definitiva llegue.

Asimismo parece justa la norma que cataloga a esta producción como específica para el sistema de autoconsumo del Grupo Azcuba, el cual prohíbe relaciones contractuales con terceros.

Sin embargo, es un crimen de lesa economía impedir que ante situación de esta naturaleza no haya posibilidad de flexibilizar esa medida para que el colectivo pueda continuar aportando, y centros porcinos y granjas agropecuarias locales accedan a este producto, en momentos de escasez de materias primas importadas para la fabricación de piensos.

No se puede olvidar que hoy la presencia de los cerdos es poca y el precio de sus carnes anda por las nubes. Según cálculos efectuados en la citada UEB, en los primeros 28 días de interrupción (19 de febrero- 19 de marzo), el estimado de la elaboración dejada de realizar asciende a 605 toneladas métricas, lo que ocasiona un daño a la producción mercantil de esa unidad del orden de los 324 mil 975 pesos y una afectación al salario promedio de los obreros de 781 pesos.

Así lo informó Nelsy Polo, secretaria general del buró sindical de la UEB y delegada directa al XXI Congreso de la CTC, quien agregó que además de las denuncias allí no están cruzados de brazos.

En el balance del Buró Provincial del Sindicato Azucarero en Las Tunas, Nelsy Polo (de pie), delegada directa al XXI Congreso de la CTC, hizo pública la inconformidad. Foto: Ángel Chimeno Pérez

“Nuestra unidad contrató los servicios de Zeti y se tendió una tubería desde la planta de torula hasta un cargadero del ferrocarril próximo a las instalaciones, lo que posibilitará usar ese medio para trasladar el insumo. Así respondimos a la propuesta de Tecnoazúcar”.

Aunque la tubería de marras puede resolver el problema, para Ramón Gutiérrez García, jefe de Producción de la unidad, la inversión es asumida a un costo, todavía por precisar, que no estaba planificado y lo cubrirán con su cuenta corriente.

No obstante, la incertidumbre todavía empaña el entusiasmo: “Ahora esperamos que se materialice el compromiso contraído por Tecnoazúcar referido al empleo del ferrocarril, pero a ciencia cierta no estamos seguros de que el engranaje funcione como hace falta, pues por demás no son pocas las amargas experiencias sufridas con ese medio para sacar los alcoholes que elaboramos aquí”, advierte Nelsy.

Considero que actuaciones como esta niegan el emprendimiento de nuestro empresariado, al que han llamado las máximas autoridades del país en reiteradas ocasiones para desatar nudos y avanzar en el desarrollo económico de la nación.

Y saltan muchas interrogantes; por ejemplo: ¿quién repara los daños ocasionados a los ingresos de los trabajadores y a la economía de la UEB? ¿Procede detener la producción de un suplemento alimenticio para cerdos con suficiente mercado en la propia localidad y en zonas aledañas cuando late la convocatoria a sustituir importaciones?

Es verdad que los cerdos en Camagüey continúan alimentándose, ahora con el suplemento llegado desde Mabay (provincia de Granma) y eso está bien, pero viola el pacto con la UEB tunera y lacera sus proyecciones y el salario de los trabajadores.

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