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Hedelberto trae un mago a los lectores

Foto: Alberto Núñez Betancourt

Foto: Alberto Núñez Betancourt

Esta vez Hedelberto trajo de la mano un mago para los lectores. Relatos de 35 glorias deportivas que durante su carrera tuvieron que salvar obstáculos en torno a lesiones, y encontraron la solución que los mantuvo en el nivel de alto rendimiento, ocupan las páginas del volumen El mago que cayó del cielo, reconocimiento al colectivo médico que lidera el profesor Rodrigo Álvarez Cambras.

Foto: Alberto Núñez Betancourt

Historias contadas por los propios actores explican los certeros diagnósticos, tratamientos, cirugías, rehabilitaciones…, vividos por nuestros deportistas de múltiples disciplinas. Así aparecen María Caridad Colón, Ana Fidelia Quirós, Driulis González, Mireya Luis, Yumilka Ruiz, Alberto Juantorena, Javier Sotomayor, Teofilo Stevenson, Silvio Leonard, Juan Domeq, Carlos Tabares y Mijaín López, entre otros muchos.

Justamente en esas aplicaciones médicas, más allá del arrojo permanente de los atletas cubanos y la labor de sus entrenadores, se localiza el secreto de muchos de nuestros triunfos en el deporte.

Sirva una anécdota como muestra para ilustrar la entrega y el heroísmo que de parte de deportistas y galenos pueden encontrar los lectores en las páginas de El mago que cayó del cielo.

En 1980 María Caridad Colón llegó a la Olimpiada de Moscú con unas muletas. La noche antes de la competencia el doctor Álvarez Cambras le aplicó una oportuna infiltración, y le indicó que no se esforzara en el calentamiento y “cuando le tocara tirar, lanzara con todas sus fuerzas. Me pregunta por qué (expone el profesor) y le respondo porque al segundo tiro vas a tener dolor y la jabalina te va a caer en un pie.”

El resultado fue un tiro fabuloso  de 68,40 metros, válido para medalla de oro, récord olímpico y la condición de ser la primera mujer latinoamericana titular en unos juegos olímpicos.

Y qué mejor lugar podría encontrar Hedelberto para presentar el nuevo libro que la redacción del periódico Juventud Rebelde, su casa grande, junto a sus compañeros. Con una introducción sentida del colega José Alejandro Rodríguez, y el reconocimiento manifiesto por parte del autor de que esa tarde estábamos hablando de éxitos, medallas de oro, realizaciones de sueños, porque un buen día, muy al principio de la obra de la Revolución el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hizo del deporte y la salud derechos del pueblo.

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