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Béisbol: El agarre de la bola

Por José Manuel Cortina

La sociedad y el béisbol guardan mucha relación. Los dos están llenos de detalles y con frecuencia los entrenadores obviamos concentrarnos en estos.

La enseñanza del pítcher es una pirámide en la que vas saltando obstáculos hasta llegar a la cima. Hoy queremos hablar del agarre de la pelota, imprescindible para la colocación de un lanzamiento en un punto determinado.

La pelota es redonda con dos costuras estrechas y dos anchas. Tiene una circunferencia de nueve pulgadas a nueve pulgadas y cuarto, y el peso oscila de cinco onzas a cinco onzas y cuarto. Es decir, todas no tienen el mismo tamaño ni el mismo peso, y las reglas del béisbol dan este margen para hacerla oficial siempre que no salgan de ese rango.

Las costuras cambian en dependencia de las firmas que las hacen. Unas son más altas que otras, y para los curiosos les diré que si contamos uno de los dos huecos de las costuras hay entre 107 y 108 puntadas. La diferencia estriba en que, como dije antes, no hay pelotas iguales.

Para hacer un envío hacia el home el lanzador se podrá valer de la humedad relativa y el viento. Si este último está a favor ayuda a usar la velocidad, pero si está en contra favorece los rompimientos. Con el viento agitado por la banda derecha (de primera al box) los sinkers son muy factibles, en tanto si el aire sopla desde tercera base la slider es lo mejor para tirar.

Cuando la humedad es alta la pelota bota menos y se pueden usar envíos un poco más altos. En fin, el serpentinero inteligente tendrá en cuenta, independientemente de sus habilidades prácticas, cómo está el medio ambiente en ese momento.

Quienes tiran más de 94 millas usan las costuras anchas para dominar mejor el control, puesto que en su rotación hay una uniformidad alrededor de ella y la bola no se mueve. Quienes tiran 90 millas o menos, usan las costuras estrechas debido a que en su recorrido hacia el home la bola hace resistencia con un lado de las costuras que se atraviesan al aire y por el otro pasa de forma lisa, lo cual crea una cola, hace inestable la pelota y dificulta, por ende, la conexión  del bateador.

Siempre usaremos la parte estrecha para agarrar la bola con los dedos paralelos a las costuras. El índice y el del medio estarán separados por un centímetro y el pulgar estará por debajo en el medio de los dos dedos.

Aquí está el detalle que los entrenadores no podemos pasar por alto. El pulgar apoya la bola por su porción lateral porque después esto ayudará a la enseñanza de otros lanzamientos. Los jóvenes, para mayor comodidad, apoyan la pelota por la parte ventral del pulgar, lo que es un grandísimo error dado que impide la rotación de la pelota y entorpece para enseñar a tirar rompimientos.

Cuando apoyamos los tres dedos sobre la bola deben quedar en una posición cómoda para soltarla hacia el home. En todo el recorrido del brazo los dedos estarán siempre por encima  de la pelota. El dominio que se tenga del agarre proporcionará mayor control.

Hoy vemos pítcheres que no tienen un buen control al usar la bola dentro del guante. Esto es erróneo. Mientras más él acaricie su agarre mejor dominio tendrá de su control.  Con la bola en la mano del guante no hay suficiente tiempo para realizar un buen agarre.

El dominio de la técnica hará mucho más fáciles otras tareas a complementar. Para llegar a ser un buen lanzador se necesitan numerosas horas de trabajo y sacrificio.

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