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Venezuela: el cerco se cierra

Por Orlando Oramas León

El acoso a Venezuela se va cerrando por todos los flancos, en el que la agresión militar resulta una de las opciones que el presidente Donald Trump sopesa entre sus planes “B, C, D y E y F”, como acaba de declarar en la Casa Blanca.

No hay que tomar a la ligera la afirmación ante la pregunta sobre si estaba dispuesto a desplegar a miles de soldados estadounidenses en las fronteras del país sudamericano. Sobre todo porque lo dijo ante el mandatario de Colombia, Iván Duque, cuyo país comparte una línea divisoria de dos mil 200 kilómetros con Venezuela.

La ocasión fue propicia para el espaldarazo del jefe de la Casa Blanca a Juan Guaidó, autoproclamado presidente apoyado por un sector de la oposición venezolana, quien a todas luces aspira a ser el jefe de un gobierno títere impuesto por la intervención extranjera en la patria de Simón Bolívar.

“Guaidó tiene un fuerte apoyo y nosotros tenemos que darle un apoyo aún más marcado (…) para que pueda llevar a cabo la transición en Venezuela”, declaró el gobernante de la potencia más poderosa del planeta.

La apuesta es armar un gobierno paralelo al del presidente constitucionalmente elegido en las urnas, Nicolás Maduro, en una fórmula en la que Juan Guaidó jugaría el mismo papel desempeñado por Guillermo Endara, quien llegó a la presidencia de Panamá de la mano de las tropas invasoras de EE.UU.

A la par, la administración que encabeza el republicano anunció nuevas sanciones contra Caracas, esta vez al imponer restricciones y revocar las visas a los integrantes del Tribunal Supremo de Justicia, que considera ilegítimo a Guaidó.

Son otros pasos encaminados a forzar un golpe de Estado gestado desde el exterior, entre cuyos componentes está el de la alegada ayuda humanitaria, que desde ciudades fronterizas de Colombia y Brasil pudiera ser el pretexto para la agresión militar a Venezuela.

El ingreso de la “ayuda”, que Washington y su quinta columna venezolana, con el apoyo de gobiernos de la región, pretenden forzar,  resulta una farsa cuando Washington aprieta el cerco económico y financiero para promover las carencias en la población.

Producto de tales castigos las exportaciones de crudo venezolano al mercado estadounidense se redujeron sustancialmente, mientras hay toda una campaña para bloquear cuentas financieras del gobierno y empresas de Venezuela en el extranjero.

Según la Unidad de Debates Económicos del Centro Estratégico de Geopolítica (Celag). Caracas resiente pérdidas por unos 350 mil millones de dólares en producción de bienes y servicios entre 2013 y 2017, período que comprende la campaña desestabilizadora contra la gestión del presidente Maduro.

Baste acotar que en las últimas semanas la Casa Blanca bloqueó activos venezolanos por valor de unos 20 mil millones de dólares.

A la par, dispuso 20 millones de dólares para “asistencia humanitaria”  que destila veneno por todos lados y pudiera resultar el pretexto de la opción B, la de la intervención militar.

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