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El Ártico se “calienta” (+Fotos)

Muchas personas en el planeta quizás no tengan la menor idea sobre el Ártico, aunque reconozcan que es un territorio inhóspito, extremadamente frío y prácticamente inhabitable.

En el contexto del calentamiento global y la aparición de nuevas rutas comerciales en la zona, la Marina de EE. UU. tiene la intención de competir con Rusia y China por la influencia en la región, publicó el 15 de enero The Wall Street Journal.

En los próximos meses, como parte de la llamada “operación para garantizar la libertad de navegación”, un buque de la Armada estadounidense navegará por las aguas del Ártico, informó a ese diario el secretario de la Marina de EE. UU., Richard Spencer. Esta campaña será la primera operación de la flota estadounidense de este tipo en la zona.

Además, enviarán a la isla Adak, en Alaska, cierta cantidad de recursos militares al espacio ocupado en la década de los 40 por una base militar estadounidense.

Se prevé que la nueva división a desplegarse en la isla incluirá buques de superficie y aviones de reconocimiento P-8 Poseidon. No obstante, el secretario admitió que el desarrollo de nuevas operaciones en el Ártico se encuentra aún en sus primeras etapas.

Todo para vigilar a “los enemigos

El Ártico registró los cinco años más cálidos desde hace más de un siglo, lo que incluye la segunda temperatura más alta del aire y la segunda menor capa de hielo, informó  la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional  de Estados Unidos.

«Las temperaturas del aire en el Ártico continuaron calentándose al doble del ritmo del resto del planeta y han superado todos los récords previos desde 1900», indicó el informe.

Este documento se publica de manera anual desde el año 2006. En el texto se subrayó, además, que «los efectos del persistente calentamiento del Ártico continúan aumentando» y «están produciendo un cambio general en el sistema medioambiental en modos previstos y también imprevistos».

El Gobierno estadounidense ha seguido realizando estos informes  pese a la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump, quien ha mostrado de manera reiterada su escepticismo.

La Armada de Estados Unidos por su parte planea desplegar aviones  de patrulla antisubmarinos P-8 Poseidon en las islas Aleutianas  y vigilar las actividades de Rusia y China en el Ártico.

Respuesta de Rusia

La Federación Rusa sigue de cerca todos estos movimientos, sobre todo porque el supuesto envío de un buque, tal y como declarara Spencer, recorrería costas y aguas territoriales rusas, reconocidas internacionalmente.

 

Por tanto, Moscú plantea tener autoridad para regular el paso de navíos por la zona. No debe olvidarse que ante una emergencia es Rusia el único país capaz de prestar ayuda y por tanto tiene el derecho a exigir que para hacer realidad la llamada “libertad de navegación” prevista por Estados Unidos solo sea posible si se cuenta con la parte rusa.

Informaciones procedentes de Moscú confirman que Rusia “ha actualizado sus reglas de navegación para los buques de guerra de otras naciones que intenten atravesar por esa ruta”.

A partir del presente año el navegar por esa vía requiere del envío de una solicitud previa al Ministerio de Defensa ruso, lo que para algunos analistas podría provocar alteración de los planes anunciados por autoridades estadounidenses.

Washington precisó  sobre el tema a fines del pasado año, que “pese existir un bajo nivel de amenaza militar en el Ártico existe la necesidad de salvaguardar los intereses de EE. UU. ante el creciente tráfico marítimo y las inversiones de Rusia en energía logística e infraestructura”.

Las verdaderas intenciones

Lo que pretende la parte estadounidense es igualar la influencia rusa en la región ártica, lo que es difícil de lograr, ya que Rusia cuenta con estaciones de radar y bases militares permanentes y autónomas, entre las que se destaca el complejo conocido como Trébol Ártico.

 

Y no solo eso, mantiene una flota de rompehielos compuesta por unos 30 navíos propulsados por diésel, cinco de propulsión nuclear y el anuncio de otros tres buques que se convertirán, según la prensa rusa, en los más grandes y poderosos del mundo.

China por su parte ya construyó su primer rompehielos, mientras que los EE. UU. cuentan con uno de más de 40 años y al que sus tripulantes le llaman, cariñosamente, “un balde oxidado”.

Mientras la escasa fauna y los menos humanos que habitan esta región siguen soportando temperaturas de hasta de menos 50 grados y se percatan de la transformación de su hábitat por los cambios climáticos.

La región se calienta cada vez más, pero no solo por el clima, sino también  por la puja entre los intereses de varias naciones por explotar las riquezas que se encuentran debajo de la enorme capa de hielo.

En tal sentido un solo ejemplo, el gas ya explotado por empresas rusas y sus posibilidades potenciales hace que gobiernos y empresas de diferentes naciones se froten las manos y no precisamente para entrar en calor.

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