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Drástica reducción de áreas vírgenes de la Tierra

Solo el 23 % de la superficie terrestre y marítima de la Tierra no está afectada actualmente por la actividad humana, mientras que hace  un siglo la extensión de esos espacios vírgenes representaba el 85 % de la superficie total del planeta.

De tal modo, en los últimos cien años ha crecido en más de tres veces el área de mar y tierra perturbada por la expansión de la especie humana y la explotación a escala industrial de los recursos naturales, según una investigación (que excluyó a la Antártida) liderada por la universidad de Queensland, en Australia, y publicada el último día de octubre por la revista científica Nature.

Los investigadores midieron el impacto humano en la vida salvaje a través de ocho indicadores, como la deforestación, los espacios cultivados, las infraestructuras y el urbanismo en el caso del área terrestre, mientras que para los océanos usaron datos sobre la pesca intensiva, el transporte marítimo y la contaminación.

De acuerdo con la prensa internacional que reseña la noticia, el estudio muestra que más del 70 % de los territorios vírgenes se concentran en solo cinco países: Rusia, Canadá, Australia, Estados Unidos y Brasil, lo que, según los autores del estudio, confiere a esas naciones “una responsabilidad enorme para preservar las últimas regiones salvajes”.

Cabe apuntar que, tras citar el dato anterior, diversos medios se refieren a la preocupación que internacionalmente ocasionan, de modo particular, el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París anunciado por el presidente Donald Trump, y la reciente elección como presidente de Brasil del ultraderechista Jair Bolsonaro, cuya agenda de Gobierno no otorga prioridad a la protección del medioambiente.

En el informe, los expertos manifiestan su alarma ante la acelerada reducción de los  espacios preservados, por cuanto estos suponen un refugio vital para miles de especies amenazadas por la destrucción de sus ecosistemas terrestres y oceánicos originarios, al tiempo que constituyen también algunas de las mejores defensas de las que disponemos los humanos contra los devastadores fenómenos meteorológicos provocados por el cambio climático.

Este estudio llega tras la publicación, pocos días antes, del informe “Planeta Vivo” del Fondo Mundial para la Naturaleza, el cual mostró que debido a la presión humana, las poblaciones de vertebrados salvajes del planeta se redujeron en el 60 % en los últimos 45 años.

Como la extinción de la biodiversidad, la destrucción de los ecosistemas constituye también una grave amenaza para la existencia misma de la especie humana. Razones para que, al clamar por la aplicación de objetivos internacionales de conservación explícitos, los autores del estudio divulgado por Nature adviertan: “Al igual que la extinción de las especies, la erosión de los espacios salvajes es globalmente irreversible”.

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