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Juego de Veteranos: placer y orgullo

Ciego de Ávila.- Por séptima ocasión en línea, las estrellas veteranas de Orientales se impusieron a sus similares de Occidentales, esta vez con marcador 3-0 y el liderazgo del tunero Osmani Urrutia, impulsador de las dos primeras carreras al pegar sencillo al centro con bases llenas en el segundo capítulo, a la postre decisivas en el choque.

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Más allá de describir el descontrol de Carlos Yanes que permitió llenar las almohadillas con par de boletos (Lázaro Valle había dado uno antes), o de valorar el infructuoso relevo del pinareño Jesús Bosmenier ante el llamado “hombre 400”, el encuentro permitió disfrutar del béisbol más auténtico que por años hizo las delicias de millones de aficionados. Repasemos entonces algunas jugadas o hechos, con la picardía y alegría que ellos salieron al terreno.

Los años no pasan por gusto: Juan Manrique pegó un doble al izquierdo en el segundo capítulo y cuando dobló por primera una contracción en la pierna detuvo su marcha con una molestia que le impidió continuar el juego.

Al mejor escritor se le va un borrón: un fly inofensivo que Eduardo Cárdenas no pudo capturar en territorio foul de la tercera base luego de haber fildeado centenares más difíciles en su exitosa carrera deportiva.

Nadie te conoce más que tus enemigos: Manuel Vega se reía y se empecinaba en no dar bolas, mientras Pedro Luis Lazo mandaba a que nadie le tirara recordándole que el descontrol era su mal en la época de oro que llegó a ser campeón olímpico.

Lo que bien se aprende nunca se olvida: La maestría defensiva de Roger Machado detrás del plato, el virtuosismo de Evenecer Godínez en el campo corto y la elegancia de Juan Padilla en la intermedia son postales que se conservan y deleitan por más años que pasen.

Hoy es siempre todavía: Ernesto Guevara Ramos, Lázaro Garro, Luis Miguel Rodríguez, Luis Borroto y Vicyoandri Odelín parecían tirar más duro y con más control que muchos de los lanzadores de nuestra campaña.

Dos zurdos como el vino: Luis Ulacia mantiene el tacto y la pimienta para embasarse y conectarde hit al mismísimo Pedro Luis Lazo, al tiempo que Roberquis Videaux no ha perdido su fuerza y estuvo a punto de desaparecer la esférica si no fuera porque el aire hizo los suyo y la apartó del camino.

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Este partido volvió a complacer sin bostezos ni aburrimientos. Todo lo contrario, placer, orgullo y una clara recompensa a quienes tanta gloria dieron a la pelota cubana y aún sufren y viven por ella.

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