Icono del sitio Trabajadores

Out 27: El famoso arrastre: justicia y variantes

Industriales aún pelea por incluirse en la segunda etapa de la 58 Serie Nacional de Béisbol. Foto José Raúl Rodríguez Robleda

Entre dudas, gustos personales y pocos argumentos técnicos y matemáticos se ha movido el nuevo sistema implementado en la 58 Serie Nacional de Béisbol de arrastrar solo los resultados entre los seis equipos clasificados para la segunda fase. El bombardeo de antemano por algunos medios de comunicación obedece más a la lógica resistencia que todo cambio trae consigo, que al análisis real y justo de la propuesta.

Sin que sea la novena maravilla ni el método más novedoso de los muchos que ha aplicado la Comisión Nacional de este deporte, la idea surgió de este comentarista y fue evaluada luego por los especialistas de las bolas y los strikes para acabar siendo aprobada por la mayoría de los mentores en el Congresillo Técnico antes de iniciar la campaña.

El punto de partida está más que claro. El sistema más justo para cualquier certamen deportivo, en especial los de las disciplinas  colectivas, es el todos contra todos, pero ya sabemos que con excepción de las ligas profesionales de fútbol, el resto (baloncesto, béisbol, voleibol, balonmano, etc) ha renunciado a ese “idilio” para dar paso a las series de play off o a cuantas variantes implique rivalidad, espectáculo y ganancias económicas.

Nuestras temporadas beisboleras transitaron mucho tiempo así hasta que en 1986 aparecieron los play off, injustos en su esencia primaria, pues una formación que entre octava o cuarta a esa fase (en dependencia si se empieza en cuartos o semifinales) puede llegar a levantar el cetro. Pocos recordamos ya la resistencia inicial a ese cambio y lo concebimos como lo más normal desde hace mucho tiempo, a fuerza de la costumbre y las pasiones que levanta.

Luego de que la prensa y los aficionados más críticos dinamitáramos el sistema que según peloteros, entrenadores y no pocos expertos consideran todavía el mejor y más estable que tuvimos en nuestra pelota: 90 juegos para cada equipo y play off entre los ocho primeros, debutó una nueva estructura en la que el corte de ocho conjuntos y luego de 10 a la altura de los 45 juegos, así como la selección de refuerzos para una segunda fase eran los hechos más singulares y controvertidos.

Y así vivimos segundas etapas en la entraban formaciones con 15, 16 y 18 juegos de diferencias respecto al puesto de honor, debido a excepcionales actuaciones de selecciones como Matanzas en la 56 edición; o de Industriales en la pasada contienda. ¿Cómo resguardarse ante eso? ¿Acaso los sistemas de competencia en el mundo no se elaboran para protegerse de las rarezas o excepcionalidades sin afectar la generalidad o lo más habitual que deba suceder?

Si hasta aquí hemos entendido esta sintética explicación, entonces podemos comprender que arrastrar los resultados entre los clasificados, lejos de gustos personales, parece una interpretación más justa dentro de la injusticia que tiene un campeonato que se divide en tres partes y cada una de ellas es diferente entre sí: los primeros 45 juegos, los otros 45 con refuerzos y solo seis conjuntos involucrados y finalmente los play off.

La entrega de los peloteros y la rivalidad se fortalecen con este sistema de competencia. Foto José Raúl Rodríguez Robleda

Fortalezas evidentes:

– Nadie puede descuidarse en el primer segmento porque no se sabe qué selección avanzará (alguien pensó que Holguín y Mayabeque estarían envueltos como lo están antes de empezar esta temporada)

– Garantiza rivalidad en las dos fases porque el último en la tabla en el segundo trayecto nunca tendrá más de tres juegos de diferencia con respecto al cuarto lugar, escalón que da el acceso a los play off finales.

– Se solicitan los refuerzos en el orden que quedaron (del primero al sexto) y luego se ordena la tabla en función de los enfrentamientos entre los implicados, para despejar los buenos desempeños ante los que resultaron los más débiles del certamen.

– Contrario a lo que muchos dicen Sí cuentan todos los partidos, pues aunque se arrastran 15, los otros 30 sirven para la ubicación entre los cuatro primeros con boleto directo y por supuesto, para  luchar los dos cupos que dan los comodines entre el 5to y el 8vo.

– Reduce notablemente la posibilidad de que un elenco “escapado” en la primera fase esté casi automáticamente clasificado para los play off aunque tenga una desastrosa segunda vuelta.

– Disminución de las barridas (de la 57 a la 58 edición ocurrieron 10 menos) porque todos los conjuntos intentan pelear al menos una victoria dado  que pueden repercutir en el futuro del certamen, es decir, aumenta la competitividad y la entrega de jugadores.

– Por pura matemática, ningún equipo que termine primero la fase inicial comienza el segundo tramo fuera del cuarteto puntero.

– Se aplica en Clásicos Mundiales y demás eventos internacionales de la Confederación Mundial de Béisbol, que si bien es cierto son torneos más cortos que una Serie Nacional los anima el mismo objetivo: premiar a quienes mejor lo hacen entre los mejores.

Por supuesto, después de estos argumentos (que no son los únicos) usted tiene todo el derecho a continuar discrepando del sistema, solo que ahora conoce de algunos elementos positivos que hasta ahora han sido minimizados a la hora de ponerlos en una balanza, como si desconociéramos que existe en el béisbol, como en la vida, tantos puntos de vista que solo un consenso razonable puede otorgarle a una idea la aprobación final.

Y como la práctica es el criterio de la verdad, aquí les dejo con las seis variantes de tabla de posición en dependencia de los equipos que acompañen a Ciego de Ávila, Holguín, Villa Clara y Las Tunas luego de los pleitos de comodines. (Al momento de redactar estas líneas no se ha efectuado el último juego de Mayabeque, que pudiera definir su ubicación, de ahí que sean seis las variantes. Una vez definido su lugar quedarían entonces solo cuatro variantes)

Observe que en cinco variantes, la tropa de Eduardo Paret dominará la tabla, en dos de ellas compartida con los avileños. En una ocasión, la escuadra de Pablo Civil arrancaría en la cima; mientras Holguín siempre será el último, porque su proeza de clasificación estuvo basada fundamentalmente en éxitos con equipos que quedaron fuera de los ocho primeros.

¿Es justo que la tropa oriental descienda? Claro que sí, pues demuestra el verdadero termómetro de su calidad en esta primera fase. Sin embargo, la diferencia con el cuarto lugar es mínima y alcanzable, por tanto, de mantener el paso con que terminaron los primeros 45 juegos podrán perfectamente llegar a los play off.

 

Variante 1 (clasificando IND y SCU)

GP Dif
CAV96
VCL96
IND96
LTU871
HOL5104
SCU5104

 

Variante 2 (clasificando IND y MAY)

GP Dif
CAV105
VCL105
LTU872
IND783
HOL5105
MAY5105

 

Variante 3 (clasificando SCU y MAY)

GP Dif
VCL123
CAV963
LTU874
MAY696
HOL5107
SCU5107

 

Variante 4 (clasificando MAY y SSP)

GP Dif
VCL123
LTU1052
CAV874
SSP785
HOL4118
MAY4118

 

Variante 5 (clasificando IND y SSP)

GP Dif
LTU105
VCL961
CAV872
SSP783
IND783
HOL4116

 

Variante 6 (clasificando SSP y SCU)

GP Dif
VCL114
LTU1051
CAV784
SSP784
SCU695
HOL4117

 

Compartir...
Salir de la versión móvil