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Oro 102: ¡Era blanda, pero se puso dura!

Equipo de sóftbol (m), campeón centrocaribeño. Foto: José Raúl Rodriguez Robleda
Equipo de sóftbol (m), campeón centrocaribeño. Foto: José Raúl Rodriguez Robleda

Barranquilla.- En un partido que no le faltó nada: buen pitcheo, jonrones, jugadas defensivas, ponches, marcador cerrado, expulsiones y un equipo que remontó la pizarra para volver a ser feliz tras 20 años de espera, Cuba se impuso 4-2 a Venezuela en la final del sóftbol (m) de los XXIII Juegos Centroamericanos y de Caribe.

El estadio Pequeñas Ligas quedó pequeño para los centenares de seguidores de la llamada bola blanda, quienes apoyaron en su mayoría a los morochos, al tiempo que fueron los primeros en aplaudir el triunfo de la tropa que tuvo en Alberto Hernández su pitcher ganador con un impecable trabajo de 6,1 entradas, con apenas dos carreras permitidas, cuatro ponches propinados y cinco hits permitidos.

El duelo entre Hernández y Erick Urbaneja duró a ceros hasta el cuarto inning, cuando el torpedero Yeider Chirinos le desapareció la bola verde a Hernández por el jardín izquierdo. Sin embargo, la reacción antillana llegaría al siguiente capítulo con tres anotaciones, dos de ellas impulsadas por Reynaldo Lamote con doble oportuno al center field y cañonazo seguido del inicialista Juan Ríos.

Los doble titulares de estas citas regionales se pegaron en el sexto por hit Herwins Querales, toque de sacrificio y dos wild pitch, lo cual hizo pensar que las mejores emociones se guardaban para los finales. Y así mismo fue, pues en el séptimo el camarero cubano Yesander Rodríguez clavó la puntilla al devolverle otro extenso cuadrangular por el bosque izquierdo.

La lógica tensión de un encuentro calentó las temperaturas cuando apenas faltaban dos outs para que Cuba levantara su corona, pero los propios jugadores de ambas bancas controlaron la situación no sin antes haber expulsado a dos jugadores, uno por cada elenco. Guber Plutin se encargó de los dos últimos out con ponche y roletazo al box.

Se desató entonces la festividad, al aportar los softbolistas el título 102 para Cuba en el medallero, que bien pudiera ser el último de la delegación en esta cita regional, pues el viernes solo resta el maratón de ambos sexos con pocas posibilidades de éxito.

Las primeras emociones de los campeones

Alberto Hernández, lanzador ganador por Cuba. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Alberto Hernández, lanzador: “Los entrenadores tuvieron confianza en mí y salió el resultado. Basé mi pitcheo en el control, moviendo la bola a las esquinas y una correcta combinación de lanzamientos rápidos y lentos. Es lo más grande que me he vivido en mi carrera deportiva”.

Leonardo Cárdenas, director del equipo: “Este es el despunte del sóftbol masculino en Cuba. Desde que empecé con ellos hace un año he tratado de inculcarle lo que aprendí como jugador. Ellos son muy disciplinados y consagrados. Yo los quiero y los respeto. Le decía desde los entrenamientos que la competencia se decidía ahí y ahora ellos lo han comprobado. Es un triunfo de esta familia”.

Reynaldo Lamote, jardinero: “En ese turno al bate del doble vine a pegarle a la bola, enfocado en que fuera hacia el medio del terreno, porque había estado fallando con hombres en base anteriormente. Esta rivalidad con Venezuela siempre es así. Lo que más unió al equipo es la confianza, la amistad que tenemos entre todos”.

Juan Ríos, inicialista: “Nos hemos preparado bien para lograr este gran momento. Mi batazo salió porque tanto Lamote como yo habíamos estado fallando y al hacer los ajustes salieron las conexiones. Los dos somos santiagueros y siempre estamos arriba del equipo para que no baje el entusiasmo. Así como estamos podemos luchar una medalla en los Juegos Panamericanos”.

Miguel Albán, entrenador y ex director del equipo: “Por vez primera vez en la historia, y yo dirigí 19 años este equipo nacional, recibimos un apoyo total del INDER. Hicimos tres bases de entrenamiento y se aseguraron los topes. De ahí este resultado, porque la preparación es clave. Vamos a seguir trabajando y hacer algunos cambios, pero estoy convencido, después de ver estos Juegos, que sí podemos aspirar a una medalla en Lima”.

Lo vivido hasta pasadas las 9 del noche en el estadio Pequeñas Ligas, que bien mereció transmisión televisiva por parte del Comité Organizador, envío señales bien claras de éxitos y oro, que, por desgracia, su primo-hermano, el béisbol, no pudo concretar.

Lamote fue clave en el triunfo de Cuba con su batazo en el quinto inning. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

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