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Gimnastas doradas luego de un cuarto de siglo

Equipo de gimnasia artística cubana, campeón centrocaribeño tras 25 años. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda.
Equipo de gimnasia artística cubana, campeón centrocaribeño tras 25 años. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda.

Barranquilla.- Podrán pasar muchas cosas en estos Juegos Centrocaribes: emociones, medallas inesperadas y atletas sorpresas, pero el oro de nuestro equipo femenino de gimnasia artística clasifica, por adelantado, como uno de los grandes acontecimientos de Cuba en esta lid, tras 25 años de ausencia en lo más alto del podio.

Una joven generación de muchachas, a la que le faltó incluso su mejor figura por una lesión de última hora, Yesenia Ferrera, creció durante la competencia y tras dos rotaciones discretas: 35.700 en barras asimétricas y 35.100 en la viga de equilibrio, se enrumbaron hacia la cima con 38.150 en manos libres y un mágico 41.150 en el caballo de salto, a la postre definitivo para el total de 150.100 y superar a Colombia (149.950) y México (149.900).

El tono grandilocuente de este desempeño llegó a acompañado de la mejor nota entre todas las bellas muchachas para Marcia Videux, candidata indiscutible al oro entre las máximas acumuladoras y que celebró su cumpleaños con la clasificación además a todas las finales por aparatos.

Asimismo, resaltar el coraje extremo de Mary Morffi, la de mayor edad del grupo y que se reincorporó cuando ya pensaba en el retiro; así como el talento y el empeño de las más jóvenes Yumila Rodríguez y Norma Zamora redondearon un resultado por el que lleva años trabajando como una hormiguita silenciosa Yaremis Vázquez, entrenadora que reconoció vivir el mejor día de su carrera deportiva, tanto de atleta como en el nuevo papel que desempeña hace casi un quinquenio en el equipo nacional.

“Todo se definió en el salto. Con 13 puntos en ese aparato de dos de ellas y una nota por encima de 14 de Marcia ganábamos. Y así sucedió”, explicó Vázquez, apoyada durante toda el evento por el equipo masculino y su esposo, el entrenador Carlos Rafael Gil, contento por lo que significó una reivindicación a la actuación de sus pupilos, plata el día anterior por incongruencias arbitrales en la lid por colectivos.

“Estoy agradecida de mis compañeras y de todos los que nos apoyaron. Hoy puedo dormir tranquila porque no hay mejor manera de llegar a mis 19 años que este oro, que según Leyanet González (atleta y hoy jueza) no se ganaba desde Ponce 1993”, señaló Marcia antes de que sus compañeras le cantaran Felicidades en un coro gigante.

Para las dos más jóvenes del conjunto esta experiencia no la olvidarán jamás y aunque solo Norma disputará otra posible medalla en caballo de salto, el solo hecho de haber logrado esta hazaña las invita a soñar con más premios en el actual ciclo olímpico.

La pureza de los metales se mide en quilates. Pero lo escrito con acrobacia, elegancia, elasticidad, equilibrio y corazón por nuestras gimnastas bien valen hoy 25 quilates del oro que recibieron y que mordieron con felicidad sus dientes.

 

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