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Cuba me dio la voz para luchar

Actualmente, Melissa Barber continúa la visión del reverendo Lucius Walker. Trabaja en Pastores por la Paz y es la encargada de la beca para los estudiantes de su país que quieran estudiar medicina en la ELAM. Foto: Alberto Castañeda
Actualmente, Melissa Barber continúa la visión del reverendo Lucius Walker. Trabaja en Pastores por la Paz y es la encargada de la beca para los estudiantes de su país que quieran estudiar medicina en la ELAM. Foto: Alberto Castañeda

A la doctora Melissa Barber la conocí un día en la Escuela Latinoamericana de Medicina. Había venido de los Estados Unidos para asistir a un encuentro de egresados, y tenía mucha emoción por ver amigos y profesores con los que compartió seis años de estudios en ese centro, donde se graduó como médico en el año 2007.

Me contó que siempre quiso esa profesión para ayudar a su gente del sur del Bronx, pero esa carrera era muy difícil estudiarla allá por la demanda económica que exigía.

El 2000l fue la apertura de un siglo bueno para Melissa. Ese mismo año empezó a trabajar en la Oficina de Pastores por la Paz, ubicada en su ciudad, y por unas convocatorias que hacía esa organización se enteró de unas becas que Fidel brindaba a estadounidenses que quisieran estudiar medicina en Cuba.

Los años de estudios no le fueron tan complicados. “La carrera demanda mucho del estudiante –aclara. “En Cuba hay una preparación muy diferente a la del resto del mundo porque aquí el acceso a la salud es un derecho humano.

“En otros lugares la gente a veces no puede llegar a los médicos. Sin embargo, los cubanos son atendidos por especialistas que tratan y tocan a los enfermos, y ese entrenamiento es una de las tantas cosas que hace especial el aprendizaje en esta isla”.

Me dijo Melissa que el tiempo vivido en Cuba la ha ayudado como profesional y en su vida personal. “Mi hija es autista y en este país me enseñaron cómo tratarla, no solo como paciente sino también como hija. Por eso le doy gracias a Cuba, porque me dio la voz para luchar por quienes no tienen voces”.

Hace cuatro meses, más de 100 estudiantes graduados por la ELAM trabajan en la atención primaria de salud en hospitales de los Estados Unidos. “Y sucede algo muy bonito: es que los pacientes siempre quieren atenderse con los médicos que aprendieron en las escuelas cubanas”.

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