Icono del sitio Trabajadores

Nuestra mayor fortaleza para avanzar

La más joven de las diputadas, Leidymara de la Caridad Cárdenas Isasi, y el de mayor edad, el veterano José Ramón Fernández, El Gallego. Foto: Tony Herández Mena
La más joven de las diputadas, Leidymara de la Caridad Cárdenas Isasi, y el de mayor edad, el veterano José Ramón Fernández, El Gallego. Foto: Tony Herández Mena

“Continúa la Revolución su curso sin una sola ausencia porque hasta nuestros muertos nos acompañarán en las horas cruciales, como jamás dejaron de estar Céspedes, Agramonte, Maceo, Gómez, Martí, entre otros tantos, en las más duras batallas”, expresó el recién electo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Y es que la Cuba rescatada del dominio neocolonial aquel primero de enero de 1959 tiene sus raíces en lo más glorioso de nuestro pasado, y se ha inspirado en aquellos que no se dejaron vencer por las dificultades en el empeño por hacer libre y próspera la patria.

En la lid emancipadora se sucedieron las generaciones; después del triunfo hasta hoy veteranos y bisoños han sumado sus fuerzas en todos los sectores y escenarios, para la edificación de una sociedad mejor y la defensa de sus conquistas.

Acabamos de ser testigos de una nueva y gran victoria en esa larga historia de luchas que pronto cumplirá 150 años: la constitución de una Asamblea Nacional, donde se produjo, de manera natural, la transferencia, a las nuevas generaciones, de la misión de continuar la construcción del socialismo.

Y se hizo a partir de unas elecciones que en nada se parecen a las de las autotituladas democracias occidentales, donde gana el que más riqueza posee, y los candidatos son postulados por muchos partidos que son meros representantes de poderosos intereses  en pugna.

En una oportunidad Fidel les respondió a quienes nos acusaban de que nuestras elecciones no eran democráticas porque no había multipartidismo. Entonces dijo que en nuestro país había “millonaripartidismo”, porque aquí cualquier ciudadano, mayor de edad –y son millones y millones, destacó–, puede proponer para que se postule a cualquier compatriota de los millones con derecho al voto.

De esa cantera infinita sin apelar a costosas campañas electorales sino al mérito, la capacidad y el compromiso con el pueblo, se nutrieron los comicios cubanos hasta llegar a un Parlamento que es retrato de la sociedad en que vivimos.

La constitución de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional se convirtió en un rotundo mentís para nuestros enemigos, quienes confiaban en que, aun si fracasaban sus maniobras desestabilizadoras,  el paso del tiempo les haría el trabajo de una Cuba pos Castro  que para ellos significaba el fin de la Revolución.

En vano esperaron una ruptura entre “viejos” y “nuevos”, porque en Cuba la construcción del socialismo no ha sido nunca cuestión de edad sino de fe en nuestra causa y compromiso de llevarla adelante. Y la más elocuente demostración de la seguridad en los más jóvenes es que el 87,6 % de los integrantes del supremo órgano del Estado  —hombres y mujeres—nacieron después del triunfo de la Revolución, y cada uno asume como un honor y una gran responsabilidad la confianza depositada en ellos.

Fidel y Raúl, como sencillamente los han llamado siempre los patriotas cubanos, son dos nombres indisolublemente ligados a nuestra historia porque encarnaron las aspiraciones de su pueblo, dedicaron su existencia a hacerlas realidad, y estuvieron siempre en la primera línea de combate en las horas de mayor peligro. No ha habido personalismo ni caudillismo al frente de la nación en estas seis décadas, sino un genuino y reconocido liderazgo que ha palpitado junto a las masas y las ha conducido por el camino decidido entre todos, en medio de los mayores obstáculos.

Por eso nos emocionamos cuando Díaz-Canel, como respuesta a quienes por ignorancia o mala fe dudan del compromiso de las nuevas generaciones que hoy asumen responsabilidades en el Estado cubano, reafirmó en el plenario que la Revolución sigue y seguirá viva, guiada por el concepto que sobre ella expresó el Comandante en Jefe el primero de mayo del 2000; y agregó que Raúl, en su condición de Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba encabezará las decisiones de mayor trascendencia para el presente y futuro de la nación.

Y fue hermoso contemplar el día en que se conmemoraba la victoria sobre la invasión mercenaria a Playa Girón, en un receso de las sesiones, el encuentro entre la más joven de las diputadas, Leidymara de la Caridad Cárdenas Isasi, y el de mayor edad, el veterano José Ramón Fernández, El Gallego, erigidos en símbolos  de que los pinos nuevos son y serán fieles continuadores de quienes hace 57 años defendieron, con las armas en las manos, el derecho de los cubanos a emprender el rumbo socialista.

Es en esa unidad de generaciones, que conjuga firmeza, ímpetu, inteligencia, experiencia  y un hondo patriotismo, que radica nuestra mayor fortaleza para avanzar.

Compartir...
Salir de la versión móvil