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“La Revolución es continuidad”

Abogado Esmel Valera Sabugo, Máster en Derecho Constitucional y Administrativo. Foto: Eddy Martin

Convencido de que las elecciones en Cuba son “genuinas, muy propias y absolutamente democráticas”, Esmel Valera Sabugo deja bien claro —antes de abordar otras aristas— que estas son de los procesos políticos más importantes que se gestan en cualquier país, no solo por lo que significan, sino porque logran movilizar el mayor número de ciudadanos con capacidad legal para ello.

A pocas horas de que los diputados electos constituyan la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su IX Legislatura, Trabajadores dialogó a propósito de dicha celebración con el joven abogado, Máster en Derecho Constitucional y Administrativo, quien actualmente trabaja en la Junta Directiva de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos.

Este 18 y 19 de abril se realizará la IX Legistalura de la Asamblea Nacional del Poder Popular en la que los diputados tendrán la responsabilidad de elegir a la Presidencia de la Asamblea Nacional. | Foto: Joaquín Hernández Mena

“Con las sesiones de este 18 y 19 de abril quedará finalizada la segunda etapa de elecciones generales y los diputados tendrán la responsabilidad de elegir a los miembros del Consejo de Estado, entre ellos al Presidente, al Primer Vicepresidente, Vicepresidentes, al Secretario, y demás miembros”.

Destacó que la Asamblea Nacional está compuesta en alrededor de un 50 % por delegados de base, quienes han sido nominados y elegidos por los vecinos de la circunscripción, “a quienes hemos investido de este poder para que nos representen en el máximo Órgano Legislativo del Estado.

“Son personas del pueblo, que han sido propuestas por las comisiones de candidaturas; estructuras que los presentan en las asambleas municipales —esos órganos de poder que están más cerca de los habitantes— que pueden o no ratificarlos. Ya después, en las elecciones, la población decide si está de acuerdo en que ellos integren el Parlamento”.

Resaltó una vez más el carácter democrático de nuestro sistema electoral, que puede ser perfectible pero no sobre la base de propuestas importadas sino de la propia experiencia de Gobierno que ya tenemos.

De alguna manera quienes critican nuestro sistema electoral pretenden dejar una brecha abierta al enemigo…

¡Claro, se hace desde esa perspectiva! Siempre explico que para criticar hay que participar. Es necesario recalcar que cuando uno asiste a un proceso eleccionario —primer punto de conexión entre el ciudadano y el Estado— está llevando a cabo el mayor de los derechos políticos: el sufragio.

Nosotros tenemos el privilegio de que tal facultad es reconocida en la Constitución y la ejercemos de manera libre y directa, haciendo valer el derecho a elegir y a ser electo.

En Cuba esta movilización incluye ¡hasta los pioneros!, pues son quienes custodian las urnas. Ese es un rasgo que distingue nuestras elecciones, como también la transparencia de cuanto se hace en relación con dicho proceso, en el cual el Partido Comunista no propone, no nomina, ni apoya candidatos.

Otra característica a destacar es la revocación del mandato de los elegidos, quienes rinden cuenta de su gestión; lo que está respaldado en la Ley Electoral número 72 y en la Constitución de la República de Cuba que, como digo, es cimiento y límite. Es decir, todo debe estar dentro de esta, y lo que está afuera no es legítimo.

Eres fruto de un proceso que ha sido encabezado durante muchos años por la generación histórica de la Revolución. ¿Cómo ve a Cuba luego de este 19 de abril?

La Revolución nunca ha sido ruptura sino continuidad. A ello nos han enseñado nuestros máximos líderes. Creo —a eso estamos llamados— que la jornada que se avecina significará un paso trascendente. Vamos a mirar nuestro sistema desde la contemporaneidad, porque el mundo avanza, la vida es finita y, por tanto, hay que seguir dando paso a las nuevas generaciones.

Sin lugar a dudas, no podremos comparar con otras a la generación histórica de la Revolución, teniendo en cuenta su envergadura moral, lo que hizo y ha hecho durante estos años. No conviene olvidar que los de más años nos han legado todo lo que tenemos. Entonces hay que apreciar sus condiciones y méritos.

Hoy debemos vernos representados en quienes han sido elegidos diputados a partir de trayectorias, méritos y capacidades. La nueva dirección del Estado y del Gobierno que asumirá en los próximos días dará continuidad a lo alcanzado durante este tiempo en materia política, social y económica.

Ahora estamos en un proceso que es parte de todo eso, y seguiremos llevándolo a cabo para perfeccionarlo, con el respaldo del pueblo. Subrayo que lo importante es participar, hay que sentirse ciudadano.

Si usted no está empoderado criticará desde afuera y, por lo tanto, el planteamiento que haga no será constructivo, pues al no considerarse parte del problema no tendrá sentido de pertenencia. En cambio, el estar involucrado implica perfeccionar, mejorar, criticar y revocar cuando haya que hacerlo, pero con el único objetivo de continuar, avanzar, y seguir construyendo el país que queremos para vivir y sentirnos plenamente felices.

El sufragio es el mayor de los derechos políticos, aseguró Esmel.
Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
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