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Judo cubano: De Turquía a La Habana

 

Andy Granda (+ 100 kg), lo mejor por Cuba en Turquía. Foto: www.ijf.org,

La medalla de bronce de Andy Granda (+ 100 kg) en el Grand Prix de Antalaya, Turquía, y la continuación del Campeonato Nacional de Judo en la Sala Polivalente Ramón Fonst, se roban los titulares de esta disciplina, en tanto no pocas preguntas recibimos sobre qué pasa con este deporte, tras años de glorias a todos los niveles.

En tierras turcas, nuestro único medallista efectuó cinco combates y solo cayó discutiendo el pase a semifinal ante el iraní Javad Mahjoub por tres shidos. Su compañero José Armenteros (100 kg) también cedió disputando la cabeza de la llave con el húngaro Miklos Cirjenics, pero luego en la ronda de repechage no pudo imitar a Granda al perder por wazari con el mongol Otgonbaatar Lkhagvasuren y tenerse que conformar con un séptimo lugar.

Nuestro Asley González (90 kg) abrió con fácil victoria sobre el iraquí Shihab Alquraishi, pero luego se encontró en el camino al titular mundial del 2007, el serbio Nemanja Majdov, quien definió a su favor en regla de oro por una amonestación al antillano. Este trío, junto a Osniel Solís (perdió en su primera pelea de los 66 kg) se bajarán del avión el lunes y una jornada más tarde subirán al tatami de la justa de casa, que finaliza el miércoles con la lid por equipos.

Y si hablamos de casa, este domingo vencieron el artemiseño Raiko Espinosa (55 kg) y el holguinero Roberto Almenares (60 kg) a los dos favoritos de esas divisiones: los habaneros Harold y Yandri Torres, respectivamente. Un plato fuerte será la presumible final entre Asley e Iván Silva, mientras La Habana aspira a imponerse como provincia, tal y como hizo en la versión femenina.

El judo cubano sigue contando con figuras de respeto internacional solo que una generación dorada como la que recordamos casi todos entre las damas: Amarilis, Legna, Driulis, Diadenis, Sibelis y Daima no es posible tenerla por déficit de talentos, trabajo inestable en la base, cambios en sistemas de entrenamiento y un repunte de muchas naciones, por solo citar algunas razones.

Es alentador el ambiente, la rivalidad y el apoyo de público visto en el certamen nacional, a pesar de que detalles tan pequeños como el vestuario (judoguis azul y blanco cuando corresponda) no pudieron ser solucionados en función de un mejor espectáculo, transmitido, por suerte, por la televisión. Ojalá y en los días restantes se pueda hacer algo al respecto.

¿Diez oros en Barranquilla?  Parece posible, pero guapeando.

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