Las conferencias municipales de la CTC, que se efectúan actualmente en todo el país como parte del cronograma del XXI Congreso de la organización, han sido consideradas, de manera acertada, como un momento muy importante del proceso orgánico que se inició en enero con la lectura de la Convocatoria en los colectivos laborales.
En estas queda demostrada la capacidad para identificar las insuficiencias existentes y a la vez plantear alternativas de solución, a partir siempre de un informe que recoge el trabajo hecho en los últimos cinco años y el que, como se ha orientado, debe estar caracterizado por presentar una valoración desde el ámbito cualitativo de los asuntos esenciales y prioritarios que deriven en acuerdos concretos.
Los análisis de los delegados e invitados en las que he asistido estuvieron centrados, por lo general, en temas fundamentales, aunque los referidos informes de balance pudiesen haber favorecido más las valoraciones, toda vez que han sido, en algunas de sus partes, demasiado cuantitativos.
Por constituir el municipio un nivel básico para el quehacer económico y social, los razonamientos se realizan sobre bases objetivas y lo más significativo: va quedando delineado un camino claro a fin de lograr la fortaleza que requiere el papel que les corresponde desempeñar a la CTC y los sindicatos.
Puede afirmarse que las conferencias tienen un enfoque acertado, lo que no significa la inexistencia de aspectos que deben mejorarse por medio de la experiencia de las ya efectuadas. La mirada tiene que ser fundamentalmente hacia dentro y los análisis deben estar unidos a sugerencias o propuestas de cómo pueden afrontarse y resolverse los problemas que persisten.
Los temas más recurrentes hasta el momento han sido, como se esperaba, el aporte de los trabajadores, desde sus puestos de labor, al aumento de la eficiencia, premisa esencial en la actualización del modelo económico cubano y la implementación de los Lineamientos; el funcionamiento sindical, con la afiliación como tarea esencial por su alcance y significación; la vinculación de los cuadros con la base, donde late la economía; la calidad de la asamblea general de afiliados, y por supuesto, la aplicación de los sistemas de pago y las incongruencias salariales persistentes, asunto sobre el cual se ha formulado una notable cantidad de planteamientos.
También son analizados la capacitación, como vía principal para aumentar la efectividad del trabajo de los dirigentes, tanto en la base como a nivel de municipio, con la prioridad mayor en la elevación de la cultura económica imprescindible para estos tiempos, y la responsabilidad de cada quien en el cumplimiento de los planes de producción, y la elevación de la calidad de los servicios.
En la mayoría de las conferencias en los territorios que producen caña o azúcar, o ambos renglones, es valorada la difícil situación que se ha presentado en la ejecución de la actual zafra azucarera, pero desde una perspectiva alejada de los lamentos estériles y en la que ha primado el compromiso de hacer el esfuerzo mayor, incrementar la eficacia de las operaciones y materializar el compromiso asumido, tras el reajuste y adecuación del plan. En tal sentido han insistido en la necesidad de fortalecer la labor sindical para atender de mejor manera a los trabajadores, así como establecer y consolidar una emulación que motive y compulse.
La prevención de los hechos delictivos, de corrupción e indisciplinas de todo tipo, además del enfrentamiento debido cuando ocurren; el trabajo preferente y diferenciado con los jóvenes, fundamentalmente con los recién graduados de la enseñanza técnica profesional y las universidades, y las condiciones para lograr ambientes laborales sanos y saludables también han constituido asuntos debatidos en esos encuentros.
Precede la realización de las conferencias el proceso de balance y elección de los dirigentes en las secciones sindicales y burós, por lo que se llega a estas con una visión particular de los aspectos inherentes a la labor en cada colectivo y también con ejecutivos fortalecidos para dar continuidad al trabajo. Con acierto se ha planteado que esa etapa significa una parte importante de la concreción del XXI Congreso en la base.
Como parte del proceso orgánico se analizarán en los meses venideros el Documento Base y el anteproyecto de Estatutos en el 100% de los colectivos laborales.
Esos pasos, junto con las conferencias provinciales, posibilitarán contar con un movimiento sindical más fortalecido.
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