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Cuervo: 70 kilogramos de historia

Jorge Luis Coll Untoria, estudiante de Periodismo

Foto: Del autor.

La mañana todavía es joven y tal vez las clases están a punto de iniciarse. Quizás muchos de los alumnos no conozcan de las experiencias y labores de su profesor, avaladas por un currículum impresionante y que no aparenta tener 70 años de edad.

El Doctor en Ciencias Carlos Cuervo estaba presente el 14 de enero de 1986 cuando se celebró la primera competencia femenina de levantamiento de pesas en Cuba, como parte de las acciones docentes de la actual Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo (UCCFD).

Este evento se llevó a cabo en uno de los recintos del centro y él fue uno de los organizadores. Para ese entonces el Profesor Titular y de Mérito de esta Universidad —a la que ha dedicado 49 años de su vida—, comenzaría a consolidarse en la investigación de las pesas en el país.

Desde pequeño el ejercicio físico lo apasionaba. “En la secundaria empecé a practicar en los gimnasios y en 1965 matriculé en la Escuela Superior de Educación Física. Mi papá me apoyó, aunque quería que fuera ingeniero agrónomo”, recuerda.

Hoy tiene muchísimas experiencias para contar, entre estas haber sido árbitro internacional, jefe del Comité de Entrenamiento e Investigación de la Federación Panamericana de Levantamiento de Pesas, y autor de varios libros y otras publicaciones.

¿Mucho peso para las féminas?

La Federación Internacional de Halterofilia solo había aceptado hombres, pero posteriormente se demostraría que la potencia no estaba en un solo género y en la segunda mitad de la década de los 80 ya las damas podían competir.

“Comenzaron a darse campeonatos esporádicos entre mujeres y se pidió incluirlas en las distintas lides. En el atletismo, el voleibol o el judo las chicas entrenaban bastante fuerte en los gimnasios, por lo que los frenos existentes se hicieron muy cuestionables”, comenta Cuervo y recuerda que Cuba no quedaba exenta de esa situación.

Por eso en 1986 se organizó con estudiantes del Fajardo la primera justa de la disciplina entre damas. “La actividad se grabó y salió en la prensa, pero se criticó sin argumentos sólidos, confundiéndola con otras prácticas en las que también se emplean ejercicios con hierros, aunque con propósitos diferentes a los de la halterofilia.

“Lamentablemente eso propició un estado de opinión negativo. No se quería saber nada de pesas para mujeres y costó las dos décadas de atraso que tenemos hoy”, afirma el Doctor, quien además es miembro del Consejo Científico del centro universitario.

De la noche a la mañana se pidió organizar un equipo con vistas a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena 2006, que no obtuvo buenos resultados, pues era un conjunto formado por atletas de otros deportes y con poco tiempo de preparación.

“Unos meses más tarde se conformó la primera selección nacional de mujeres, pero de nuevo se falló y hubo que esperar cinco años más para poner el evento en los Juegos Nacionales Escolares, y sin cantera es muy difícil alcanzar el desarrollo”, asevera.

A raíz de esa situación Carlos Cuervo, junto con otros profesores, creó en el 2009 el proyecto Desarrollo femenino del levantamiento de pesas en Cuba, con el objetivo de dar un basamento científico a ese ejercicio.

El plan, que terminó en diciembre del 2015, fue seleccionado como mejor proyecto de investigación de la UCCFD hace alrededor de un año y en su indagación arrojó una serie de problemas técnicos, sociales, recursos materiales y humanos, superación, afectaciones en la metodología y el trabajo educativo.

“Había dificultades con la aceptación de la mujer y muchas dudas. Por eso investigamos procesos psicológicos y biomecánicos con un grupo de colaboradores. Se hizo seguimiento a las que entrenaban desde temprana edad para ver cómo iban aumentando o no el rendimiento y trabajar sobre eso”, explica Cuervo.

Sobre la base de las deficiencias se realizaron estudios actualizados en torno a la técnica y se impartieron seminarios a entrenadores y árbitros. “Los resultados en cuanto a medallas serán más difíciles de ver, pues empezamos tarde y la desaparición de pre-Eides y academias provinciales afecta bastante. Sin embargo, ya las muchachas que nos representan son de la cantera de las pesas y no de otras prácticas. Además, se inician desde edades más tempranas y los prejuicios van disminuyendo”, expresa.

Y es que Carlos Cuervo es un hombre que vence obstáculos. Ni las condiciones de trabajo, ni los mosquitos que lo acompañan en su gimnasio lo afligen. La UCCFD goza de la suerte de tenerlo y para él también es importante permanecer ahí.

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