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El sindicato no es el de antes

El trabajo de José Hernández es peligroso. Él pertenece a la brigada de construcción y montaje de la unidad en Camagüey de la Empresa de Servicios Técnicos Industriales (ZETI), la cual ofrece asistencia técnica y servicios al sector azucarero.

“Es una profesión complicada y me gusta, pero ahora son tantos los problemas que tenemos que ya no estoy igual de motivado. Los medios de protección no tienen la calidad requerida y me estoy poniendo viejo y cada vez somos menos los que quedamos.

“Y si yo sintiera que el sindicato en el centro de trabajo se preocupara más por nuestros problemas, quizás al menos estuviera más motivado”, asegura José.

En la Conferencia del municipio de Camagüey previa a la Segunda Conferencia del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros (SNTA) salieron a flote estas y otras situaciones que sufren los hombres y mujeres del sector.

Según Enrique Sosa Nieves, secretario provincial del SNTA, lo que hace el ZETI es cada vez más importante, pues asumen el techado de casi todos los centrales del país “y sin medios de protección no pueden trabajar”. Pero lo cierto es que una entidad que antes contaba con más de 500 trabajadores y 26 brigadas de montaje, en la actualidad apenas puede conformar 13.

“Hay que enamorar a los jóvenes, acercarnos a los trabajadores para que no nos vean como los cobradores de finanzas, saber por qué no quieren afiliarse y convertirnos en esa contrapartida de las malas administraciones”, sentenció el dirigente sindical.

Los delegados también hablaron sobre las condiciones de trabajo, el salario, la necesidad de certificar profesiones, el funcionamiento sindical, así como la necesidad de recoger en las tarjetas las horas extras de trabajo y revisar o modificar, además, los planes de los grupos de apoyo del sector, ya que los de las empresas azucareras fueron cambiados.

Melba García González, directora adjunta de la Empresa Azucarera de Camagüey, explicó que es una realidad muy fuerte el éxodo de personal que sufre la industria azucarera, “pero la base, para mejorar y aprovechar las mejores condiciones de trabajo que tenemos ahora, está en la motivación de nuestros obreros y en los dirigentes sindicales que ya no pueden ser los de antes”.

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