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Las frutas ¿siguen prohibidas?

La producción de frutas crece de manera sistemática y hay presencia permanente en los mercados (aunque no diversidad), sobre todo en los de oferta y demanda; sin embargo, la distancia que imponen los precios las alejan ostensiblemente del consumidor en un país donde la población envejece y cada día más requiere de su ingesta para garantizar la salud gastrointestinal y nutricional.

Es inconcebible que el plátano fruta mantenga un precio constante de un peso desde la liberación del mercado agropecuario en el año 1994, o que una frutabomba de cinco o seis libras, madurada con productos químicos, cueste 35 pesos en La Habana; que por dos piñitas verdes pidan 15 pesos en las inmediaciones de la ciudad de Artemisa, a pocos metros de donde fue cosechada; o que en Guasimal, Sancti Spíritus, un melón salga en cerca de 20 pesos a un kilómetro de donde lo recogieron. Son solo algunos ejemplos encontrados por esta periodista en tres provincias, en poco menos de un mes, que consignan la valía del titular.

El empeño por elevar el área sembrada de frutales, plantarlos con semillas de calidad y lograr variedad en las producciones, así como las inversiones que se ejecutan cada año en aras de aumentar sus rendimientos y cosechas, demandan del papel regulador que deben ejercer los organismos del Estado, única forma de acercar verdaderamente las frutas a los consumidores.

Aunque realmente quiero centrar la atención en las cosechas, es imposible dejar de ver las manchas que oscurecen una relación tan necesaria entre producción y seres humanos, sobre todo porque los mayores consumidores son los niños y ancianos de la familia, para quienes casi siempre se dejan los alimentos más nutritivos.

Empeño por mayores cosechas

Las recolecciones de frutas se sobrecumplieron durante el primer semestre del 2017, pero en septiembre, el huracán Irma impactó las plantaciones paridas de varias provincias, lo que provocó una merca de 8 mil 600 toneladas (t), por lo que pudieron acopiarse 591 mil 400 t, el 99 % del plan, según el informe anual de balance del Ministerio de la Agricultura.

Arisbel Ferro Barrios, vicepresidenta primera del Grupo Empresarial Agrícola, rector de la fruticultura cubana, donde se concentran 94, de las más de 300 cooperativas de frutales, dijo a Trabajadores que valoran las posibilidades de seguir aumentando la producción, esencialmente en las unidades incorporadas a un movimiento nacional que estimula la calidad y los rendimientos de la diversidad de renglones cultivados.

Del total del área cubierta por estas variedades, el 45 % se dedica al cultivo de mango, dada la gran demanda que existe en Cuba, para la elaboración de compotas para los niños, jugos frescos y concentrados que se exportan y comercializan en los mercados nacionales y la red turística, comentó Arisbel. El Grupo estimula el aumento de las siembras, incorporando siempre que sea factible, a nuevas cooperativas al Programa de Desarrollo de Frutales, de donde provienen las mayores cosechas, aunque también llegan al mercado frutas de campesinos individuales y otras formas productivas.

Tecnologías en fomento y procesamiento

En los cultivares de frutales aplican la técnica del policultivo para lograr el óptimo aprovechamiento del suelo y de los recursos que tributan a su desarrollo. Los viveros especializados garantizan la entrega de posturas de calidad que sostienen las siembras anuales. Según la vicepresidenta primera del Grupo Agrícola están en proceso de distribución e instalación los sistemas de regadío en las fincas de 67 hectáreas seleccionadas en todas las provincias, y se ha ejecutado parte del proyecto de desarrollo de fincas integrales, con cuyo crédito se han adquirido estaciones de bombeo, piezas para sistemas de riego, asperjadoras, tractores e instrumentos.

Comentó los beneficios que reportará otro financiamiento que recién destinó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo para estas producciones y se extiende a cinco municipios de las provincias de Artemisa y Santiago de Cuba por un monto de 4 millones 800 mil dólares. Durante el 2017 se exportaron 915 t de frutas frescas y 35 mil 890 de productos industrializados, que generaron ingresos por más de 7 millones de dólares.

En las cooperativas integradas al movimiento funcionan 39 minindustrias, de estas 23 fabricadas por la empresa Inoxidables Varona, del Grupo Empresarial de la Sideromecánica, y en su totalidad han elaborado 5 mil 600 de conservas de frutas y vegetales (coco rayado, cascos de toronja y guayaba, tajadas de mango en almíbar, entre otros), cuyos destinos principales son el abastecimiento local y el turismo.

Se vislumbra un futuro promisorio para las frutas cubanas, con gran demanda dentro y fuera del país, que con su auge impulsarán el desarrollo de los cítricos, antaño líderes de las exportaciones criollas, pero muy deprimidos por los daños de una potente enfermedad llegada desde países asiáticos.

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